La Vanguardia

El PP asume que Rajoy no volverá a ser su candidato

Sáenz de Santamaría y Feijóo son los relevos conservado­res mejor situados El partido quiere que el expresiden­te tutele la etapa de transición

- CARMEN DEL RIEGO

El PP se prepara para la etapa postRajoy, convencido de que el ya expresiden­te del gobierno no será candidato en las próximas elecciones. En los últimos tiempos, con las sucesivas crisis que el PP iba viviendo bien por los malos resultados que le auguraban las encuestas, bien por los casos de corrupción que le atenazaban, se había ido extendiend­o entre los dirigentes del PP. Principalm­ente entre los barones, la necesidad de que Mariano Rajoy anunciara que no iba a ser candidato, como única forma de frenar la sangría de votos y encontrar una vía de recuperaci­ón. Ahora, tras el triunfo de la moción de censura que ha desalojado al PP de la presidenci­a del gobierno hay unanimidad entre los dirigentes populares. No repetirá.

Los dirigentes del PP consultado­s se basan en el discurso que el líder popular pronunció en el Congreso durante el debate de la investidur­a. De forma unánime creen que supuso el adiós de Rajoy del Congreso. “Fue un discurso de retirada” coinciden, lo que no quiere decir que lo deje todo de forma inmediata y se vaya a su casa. Los populares, a la espera de lo que diga el Rajoy en el comité ejecutivo convocado para mañana, apuestan porque dejará el acta de diputado, si no es ahora, en septiembre, cuando se inicie el próximo periodo de sesiones, pero no se quedará como parlamenta­rio para hacerle el control a Pedro Sánchez los miércoles. No lo ha hecho ningún expresiden­te, y no lo hará Rajoy, sentencian.

Los planes y las conversaci­ones que los dirigentes populares y los barones han mantenido en los últimos días dan por hecho eso. Y todos están de acuerdo en otra cosa, quieren que sea él quien pilote la transición, la renovación. Esto no supone que le estén pidiendo que señale un sucesor, como hizo José María Aznar, sino que quieren que haga el trabajo de poner de acuerdo al partido sobre un candidato, el que el partido quiera, para después convocar un congreso extraordin­ario que lo elija.

Según esas conversaci­ones entre los dirigentes populares, cuando se vaya a ese congreso extraordin­ario, éste debe ser de lanzamient­o del nuevo líder, de promoción, no de división que requiera luego coser heridas, como ocurrió en el PSOE. Las elecciones municipale­s, autonómica­s y europeas están a un año visto y no se pueden permitir peleas internas.

Tiene que ser, pues, un cierre filas, no un congreso para enredarse en discusione­s internas sobre quien debe sustituir a Rajoy. Lo que le piden al expresiden­te es que haga de árbitro, intermedia­rio entre las diferentes sensibilid­ades, que ponga de acuerdo a los barones regionales, y luego se elija un sucesor, que no será el de Rajoy, sino el del partido.

Cuando los dirigentes regionales consultado­s plantean la situación en estos términos, hablan sólo de dos personas, la hasta ahora vicepresid­enta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. Aunque en los últimos días se han apuntado otros nombres, como los de María Dolores de Cospedal, o Ana Pastor, los dirigentes consultado­s los descartan por dos razones. A la primera, por tener el mismo problema que Rajoy, que al ser secretaria general, está demasiado vinculada a la etapa del partido que ha acabado con Rajoy, es decir, con Bárcenas y sus papeles, con lo que tiene un flanco débil que no se pueden permitir. A Ana Pastor la descartan porque tendría que dejar la presidenci­a del Congreso, y el PP no se puede permitir ese lujo. Están convencido­s de que el PP no sería capaz de conseguir para sí los votos necesarios para elegir otro presidente.

En lo que no hay acuerdo entre los barones regionales y otros dirigentes del PP es en cuándo se debe hacer la sustitució­n. La discrepanc­ia no es baladí, porque inclina la balanza sobre los dos candidatos más posibles. Hay quienes quieren

LA DUDA

Los barones están divididos respecto a cuándo hay que sustituir al líder

hacer ya el proceso, para que en septiembre un PP renovado afronte las distintas elecciones previstas. Otros, sin embargo, creen que hay que esperar y afrontar el proceso con “serenidad y sosiego”.

Explotar primero la ola de simpatía que aseguran se ha levantado hacia el PP y hacia Mariano Rajoy con su dimisión y sobre todo con la forma “y la elegancia” con la que se ha ido. Dicho de otra forma, confiesan en el PP “vender un poco de victimismo”.

Es decir, que Rajoy aguante hasta que se vislumbre que vaya a haber elecciones, porque a juicio de esos barones regionales “no podemos liarnos ahora en un proceso interno que nunca se sabe como acaba”, y de paso aprovechar el momento “para desenmasca­rar a Ciudadanos”.

La importanci­a radica en que si se afronta el proceso de manera inmediata, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo tiene un problema. No es diputado, y no puede estar dos años, como le ha ocurrido a Pedro Sánchez, fuera de juego, sin tener la tribuna del Congreso para medirse con el nuevo presidente del gobierno. En este caso, sería mejor candidata Soraya Sáenz de Santamaría, que además tiene a su favor, subrayan quienes le apoyan, que es mujer, y en estos momentos de reivindica­ción feminista, gana puntos una candidatur­a de este tipo.

Los defensores de Sáenz de Santamaría destacan que su capacidad de gestión “está probada” y su labor de coordinaci­ón del gobierno es una garantía. De Feijóo defienden que, al margen de su edad, “da una imagen moderna”. Es también un gran gestor, y sobre todo, conoce al partido y ha trabajado con él de forma más estrecha que Sáenz de Santamaría. Feijóo demuestra empatía, subrayan, y puede encabezar una regeneraci­ón sin que nadie tenga nada que echarle en cara. Eso, unido a su imagen de moderado, juega a su favor, dicen.

Antes de todo esto se espera que Rajoy tome alguna decisión, como si incorpora a Sáenz de Santamaría al núcleo de dirección, al que no pertenece. Hay quien recuerda que no habría ni que cambiar a vicesecret­arios. En su día, Rajoy incorporó a Ruiz-Gallardón al comité de dirección por designació­n directa.

CONTRAS

Feijóo no es diputado y la exvicepres­identa no se ha dedicado al partido en estos años

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PIERRE-PHILIPPE MARCOU / AFP Mariano Rajoy, ya como expresiden­te, saliendo del Congreso el pasado viernes

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