Lorenzo gana en Mugello y pone fin a 18 meses de sequía
El balear gana por primera vez de rojo el fin de semana que anuncia su adiós de Ducati
El jueves, Jorge Lorenzo contestó al director general de Ducati, Claudio Domenicali, con esa mezcla de arrogancia y orgullo típica del balear. “Él es el capo, da sus opiniones, y debo respetarlas. Pero yo le digo esto: yo no soy un gran piloto, soy un campeón”. Y ayer le replicó en la pista con un zasca: con la primera victoria vestido de rojo, en Mugello, en la cita de casa de Ducati, ante los ducatistas, y en el fin de semana que anuncia su adiós de Borgo Panigale porque no confían más en él. Jorge Lorenzo por fin despertó de su pesadilla, 23 carreras sin saborear la victoria, 18 meses en el agujero...
Fue un despertar abrupto, lleno de rabia, como los cabezazos que daba sobre su Desmosedici en la vuelta de honor, como los puñetazos con que se golpeaba el pecho, como los gritos que enmudecían dentro del casco. Lorenzo ganó en su jardín toscano –6.ª victoria en las 11 visitas en la cilindrada reina– a su soberbia manera: con una escapada marca de la casa desde la salida y con un ritmo demoledor, un martillo pilón, inalcanzable para sus perseguidores. Superioridad absoluta de principio a fin, con la que dejó finiquitada la carrera al cruzar su ecuador.
“Es quizás el día más feliz de mi vida, nunca he tirado la toalla... Pero tengo un sabor agridulce: una parte de mi corazón está feliz por esta victoria; la otra está triste porque si los ingenieros hubieran confiado más en mí y me hubiesen traído las piezas nuevas que pedí un poco antes, igual la historia hubiera cambiado, ahora podría tener tres o cuatro victorias, pero por desgracia han llegado tarde. Los próximos dos años estaré con otra moto. Mi futuro ya está decidido, este resultado no lo va a cambiar”, decía Lorenzo, que se cobraba su vendetta particular con los mandatarios de Ducati, los que no le han ofrecido la renovación ni le han dado más crédito tras un desembolso generoso (unos 25 millones en dos temporadas) y numerosos experi- mentos. “Tengo la impresión de que Tardozzi, Dall’Igna y Ciabatti querían que me quedara”, admitía. “Pero Domenicali, el gran capo, no. Pero no guardo rencor”. Domenicali era quien había dicho que “Lorenzo es un gran piloto que no ha tenido éxito en obtener lo mejor de nuestra moto; esto es un poco amargo”. Pues lo dicho: “No soy un gran piloto, soy un campeón”. Y de los campeones no se puede dudar. Siempre vuelven.
Más allá de la hipermotivación y la rabia que impulsaban ayer a Lorenzo en Mugello, en su primera victoria de rojo, 45.ª en MotoGP, también tuvo que ver en su buen rendimiento el apéndice en el depósito que se hizo instalar en los tests de Montmeló. “Había gente que dijo que mi método no era adecuado, pero yo decía que cuando me sintiese más cómodo sobre la moto y no me cansase tanto podría mantener un ritmo constante y podría ganar”, comentaba Jorge, que ya intentó la escapada en Jerez y en Le Mans, pero tuvo que abortar la fuga por agotamiento físico. Ayer la jugada le salió a la perfección.
Ni Rossi ni Márquez, en primera instancia –hasta que se cayó el catalán en la 5.ª vuelta–, ni luego Dovizioso, que tomó el relevo en la 7.ª, pudieron contener el ímpetu y el ritmo de Lorenzo, que a media carrera ya acumulaba un segundo y medio sobre su compañero. “Jorge ha hecho una carrera perfecta”, se inclinaba Andrea, que acabó segundo, con un bravo Rossi pisándole los talones, después de haberse peleado con las dos Suzukis para subir al podio, el 230.º del Dottore. “Volver a estar en el cajón en Mugello era el objetivo”, decía Valentino, que se abrazó a Lorenzo para felicitarle por su primer triunfo con Ducati. Algo que Rossi nunca pudo lograr.
Con su triunfo con la Ducati, Lorenzo se une a Biaggi, Rossi, Stoner, Dovizioso y Viñales como pilotos capaces de vencer con dos motos distintas.
NI UN PASO ATRÁS
“Mi futuro ya está decidido, este resultado no lo va a cambiar: los dos próximos años estaré con otra moto”
UN PESADILLA INTERMINABLE Lorenzo ha necesitado 24 GP para lograr su primer triunfo con Ducati; es el 6.º piloto que gana con dos motos