La Vanguardia

Acusado un banquero por apropiarse de las inversione­s de una familia

- SANTIAGO TARÍN

La Audiencia de Barcelona juzgará a un banquero que está acusado de apropiarse de las inversione­s de siete miembros de una familia, que le reprochan la pérdida de un millón de euros. La fiscal exige ocho años de cárcel y el imputado alega que es inocente y que sus clientes querían invertir dinero negro.

Los escritos que están en la causa reflejan como el dinero puede acabar con la amistad. El acusado era responsabl­e de clientes del BNP en Barcelona y se jubiló en el año 2000, aunque continuó manejando una cartera de inversione­s. Desde el año 1996 hasta el 2013 dirigió las compras de activos de siete miembros de una misma familia, con los que se veía con asiduidad, incluso iban a comer y les hacía obsequios. Todo bien hasta que sus clientes reclamaron el dinero y dijeron que no estaba, por lo cual le denunciaro­n ante los tribunales por medio de la letrada Eulalia Puig, del despacho Molins. El juzgado de instrucció­n 16 se encargó del asunto y ahora ha dictado un auto por el que lleva al banquillo al intermedia­rio financiero.

Según la versión que consta en el escrito de calificaci­ón de los perjudicad­os, que coincide en los argumentos esenciales con el fiscal, el banquero ofreció a la familia inversione­s en una modalidad de deuda pública que ofrecía grandes beneficios. Las aportacion­es, según esta versión, debían ser siempre en efectivo, y a cambio entregaba resguardos del banco. Cuando vencían les comunicaba que volvía a comprar los mismos fondos.

Periódicam­ente, el banquero les pagaba intereses por su cartera, pero el problema es que la familia y la Fiscalía aseguran que el capital no les ha sido devuelto; es más, que las supuestas inversione­s ni siquiera existieron: que simplement­e se quedó el dinero y tan sólo de vez en cuando les iba entregando supuestas ganancias. La fiscal le imputa haber actuado actuar con un “ánimo de ilícito beneficio”, y pide para él ocho años por los presuntos delitos de apropiació­n indebida y falsedad en documento; mientras que la acusación particular exige seis años. El total del perjuicio es de 1.200.000 euros.

En cambio, el banquero niega la mayor, y dice que en realidad sólo le entregaron 519.000 euros que ha devuelto. Su versión es que fueron sus clientes quienes le exigieron entregarle dinero en efectivo, para invertirlo­s en productos financiero­s de alta rentabilid­ad pero que no dejaran rastro fiscal; o sea, que le daban dinero negro para aflorarlo. En su escrito de defensa argumenta que no ha cometido ningún delito y muestra su “asombro” ante que sus clientes dijeran que no sabían dónde estaba su dinero ni de las operacione­s que se hacía con su capital, pues los tenía al día. Pero es que los billetes fulminan las amistades.

La fiscal pide ocho años de cárcel y el imputado alega que es inocente y que sus clientes querían invertir dinero negro

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