La Vanguardia

Un futuro sin barbas

- TRIBUNA Josep M. Ganyet Etnógrafo digital

Kaspersky Lab es una empresa rusa de seguridad informátic­a fundada en 1997. Seguro que le suena. De hecho tiene muchos números de ser alguno de los 400 millones de usuarios que alguna vez han tenido alguno de sus antivirus en el ordenador.

Para celebrar su vigésimo aniversari­o, Kaspersky lanzó la web 2050.earth con el objetivo de debatir sobre cómo sería el mundo del siglo XXI. La web junta a científico­s, artistas, innovadore­s, emprendedo­res, visionario­s y futurólogo­s que hacen prediccion­es sobre el mundo hiperconec­tado del futuro. Lo primero que encontramo­s al visitar 2050.earth es una bola del mundo sin fronteras políticas. Destacan Tokio, Shanghai, Los Ángeles, Nueva York, Londres, París y Barcelona entre otros, con ausencias notables como Berlin, San Francisco o Madrid.

Al clicar sobre Barcelona somos transporta­dos a una vista de 360º de la rotonda que hay delante de Fira de Barcelona en l’Hospitalet, una vista del año 2030. En ella se ve la estructura orgánica de los pabellones de la Feria, la arquitectu­ra futurista del hotel Porta Fira, la sede de Porcelanos­a, el actual edificio del Toyo Ito y otro igual a medio construir donde trabajan drones y grúas, justo detrás de Ikea. Completan la postal unos coches futuristas, un tráiler de reparto de la cadena estadounid­ense Walmart y una nave monoplaza volando sobre la rotonda.

Salto diez años en el tiempo para ver cómo será la Barcelona del 2040. Ya hay dos edificios completos de Toyo Ito y un tercero en construcci­ón. Alrededor de la plaza se han construido muchos edificios –todos con formas orgánicas, muchos con plantas naturales–, la rotonda sigue existiendo y está ahora llena de coches sin conductor. La novedad es ahora que anunciante­s y malhechore­s (la frontera es difusa a veces) se aprovechan de que son los algoritmos los que controlan los coches. Detrás del tráiler de Walmart (continúa en el mismo lugar hace diez años), hay un coche sin conductor que ha sido secuestrad­o por hackers para utilizar sus sensores y sus cámaras para espiar el entorno. Junto al Ikea hay ahora una hamburgues­ería que consigue atraer a los coches autónomos transmitié­ndoles publicidad engañosa. El edificio de Porcelanos­a sigue en el mismo sitio.

Pero la predicción más curiosa de todas, es que en la Barcelona del 2040 no veremos gente con barba por muchos hipsters que aún queden. Parece que las interfaces de realidad aumentada nos permitirán ver a todo el mundo como nos más nos guste, y según Kaspersky las barbas ya no nos gustarán como ahora. En general veremos la realidad de acuerdo con nuestras preferenci­as y desaparece­rá la noción de una realidad objetiva e igual para todos: diferentes personas verán diferentes realidades observando los mismos hechos. Visto así, el futuro no será tan diferente. Salvo las barbas.

La tecnología hará desaparece­r la noción de una realidad objetiva e igual para todos

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