Melania Trump reaparece tras un mes lejos de los focos
La mujer de Donald Trump no había sido vista en público desde mediados de mayo
Todo en orden. Melania Trump ha vuelto a la luz después de varias semanas lejos de las cámaras tras la operación por un “problema benigno de riñón” a mediados de mayo. La primera dama de EE.UU. acompañó al presidente a la Agencia Federal de Gestión de Emergencias para una sesión sobre los planes del Gobierno para la temporada de huracanes. Aunque el pasado martes ambos fueron juntos a un encuentro con familias de militares, aquel acto estaba cerrado a la prensa.
Melania estuvo muy fría ante las cámaras, a las que fulminó con sus ojos ahumados, pero cambió su gesto adusto cuando entró, sonriendo, a la sala de la reunión. Sin duda quería que los medios de comunicación notaran su enfado por las especulaciones sobre su persona. Para explicar el fundido a negro de la primera dama durante tanto tiempo se barajaron todo tipo de motivos que han llevado a Donald Trump a tuitear: “Los medios de comunicación falsos han sido injustos y feroces con mi esposa y nuestra gran primera dama, Melania”, para añadir: “Desde haber estado cerca de la muerte, haberse sometido a un lifting, hasta haber dejado la Casa Blanca (y a mí) por Nueva York o Virginia. Todo falso, ¡ella lo está haciendo genial!”.
Ella misma también tuiteó: “Veo que los medios están trabajando ho- ras extras especulando sobre dónde estoy y qué estoy haciendo. Tengan la seguridad de que estoy en la Casa Blanca con mi familia, me siento muy bien y trabajo duro por los niños y el pueblo estadounidense”.
Sobre la relación del matrimonio presidencial siempre ha habido rumores, pero se intensificaron el 14 de mayo cuando Melania se sometió a una embolización del riñón. Estuvo ingresada casi cinco días, de ahí que saltaran las alarmas. Tampoco ayudó a aclarar su estado que el fin de semana pasado no acompañara a Trump a la residencia de Camp David o que no haya confirmado su presencia hoy en Québec (Canadá) en la cumbre del G-7.
No ha sido un mes fácil para la primera dama, pero ha vuelto con su glamur intacto, ataviada con un vestido gabardina de Céline, perfectamente ceñido a la cintura pero arremangada como diciendo, aquí estoy, de vuelta al trabajo. Y calzada con sus zapatos fetiche, los Jimmy Choo de piel de pitón y altísimos tacones. “La gente te ama. La gente de nuestro país te ama. Así que gracias, cariño”, le dijo Trump. Ella sonrió, pero no le devolvió el cumplido.
La primera dama, ataviada con un vestido gabardina de Céline, estuvo muy fría ante las cámaras