Cuidado, CR7, juega Ramos
Ahora que está a punto de empezar el Mundial de Rusia, muchos temores se han apoderado de mí. ¿Estará Iniesta a su mejor nivel? ¿Hará la roja un buen papel? O al menos ¿un papel digno? ¿Dejará Piqué bien alto el pabellón? ¿Será en todo caso un torneo entretenido? En estas cavilaciones estaba cuando el otro día apareció mi buen amigo Màxim Culé –contento, porque el nuevo ministro de Cultura y Deportes se llama como él, y eso le parece una buena premonición– y me hizo caer en la cuenta de que uno que peligra en este Mundial es Cristiano Ronaldo.
Me extrañó que tal cosa pudiera ser la principal preocupación de Màxim. Pero poco a poco le fui sacando la verdadera naturaleza de sus miedos y reparos. Comprobé, así, que expresaba tales temores por pura ironía. No obstante, quiso hacerme creer que le preocupaba que la roja se estrene en el Mundial con un partido bronco, y que por alguna acción antideportiva CR7 resulte lesionado en Rusia.
¿Quién se atrevería a tal cosa?, le pregunté, inocente. Y Màxim, que a veces tiene un colmillo parecido al de Pedro Navaja –el matón de esquina de la canción de Rubén Blades–, me respondió con otra pregunta. ¿Y tú que crees? –me dijo– ¿Quién va a ser? Reconozco que, aunque me dejó pensarlo un poco, no se me ocurrió. Y al final, cansado de esperar, me soltó: Nada, ¿no lo sacas? Va a ser Sergio Ramos, que ya viene entrenado de la final de la Champions.
Le respondí que no podía dar crédito a su teoría. Pero hombre, le dije, cómo le va a arrear Sergio Ramos a Cristiano, si son los dos de la tropa de lujo del Real Madrid. A lo que me contestó reprochándome que no estuviera enterado, porque según él a Cristiano le quedan los días contados en el club blanco. Por
La apuesta está entre el agarrón con aplastamiento o el codazo en toda la cara con afectación del arco superciliar
esto mismo –prosiguió–, hay que ver el primer partido de la selección española, que será contra Portugal. Y habrá noticia –dijo–, una noticia que confirmará que Cristiano se va del Madrid.
Según Màxim, lo interesante de este encuentro es estar pendiente de Sergio Ramos. Mi amigo tiene cruzadas apuestas con otros de su peña, que se juegan los cuartos a propósito de qué minuto del partido será el que registrará el arreón de Ramos a Cristiano. Màxim y los suyos son realmente especiales, porque han rizado el rizo y el premio se lo lleva quien acierte si CR7 quedará tendido boca arriba o boca abajo, después de que Ramos le deje una de sus tarjetas de visita. Y ya las apuestas alcanzan cantidades respetables para el que adivine si el recado del defensa madridista llegará mediante agarrón seguido de aplastamiento del hombro y las vísceras, o mediante la fórmula más simple del codazo en toda la cara, con afectación de uno de los pómulos y el correspondiente arco superciliar. Comprenderán que en esa apuesta yo no he querido participar.