El crack insiste en irse y el Madrid le da largas
La historia se repite un año después. Si hace doce meses fue en A Bola, en este el medio portugués utilizado por Cristiano Ronaldo para filtrar que se va del Real Madrid ha sido Record. La diferencia está en los matices. Si el año pasado fue un anuncio que enturbió la conquista de la décimo segunda, en este ha sido una confirmación porque el portugués, concentrado con su selección, ya se encargó de decir que “esto se ha acabado. Fui feliz en el Madrid”, sobre el césped mismo de Kíev.
La postura del Real Madrid es ahora más o menos la misma que entonces con la salvedad de que el jugador ya tiene un año más, 33, y en el club blanco se le da por amortizado. Florentino Pérez quiere que Cristiano siga, pero no a cualquier precio. Se avendría a dejarlo salir, pero con condiciones que no van a ser sencillas de cumplir para ningún potencial comprador.
A día de hoy no hay ninguna oferta por el crack en las oficinas de Concha Espina. Jorge Mendes, el agente de Cristiano, comió ayer con José Ángel Sánchez, consejero delegado y mano derecha de Florentino Pérez. Sánchez le recordó a Mendes cómo están las cosas. El jugador tiene contrato hasta junio del 2021 y su cláusula de rescisión es de mil millones. Mendes pidió una solución. Sus argumentos son conocidos. El jugador, renovado en noviembre del 2016, quiere un aumento de su ficha (cobra 21 millones) que le acerque al salario de Messi y Neymar. Se siente poco defendido por el club en su pleito con el fisco y ninguneado por Florentino por los continuos flirteos y halagos a Neymar.
Para empeorar las cosas sólo ha faltado la sorpresiva dimisión de Zidane. El club confiaba en el técnico para limar asperezas. Ahora Cristiano ve cómo ha perdido una de las razones que más le ataban al Madrid. Y además, ve con disgusto como su problema ha pasado a segundo plano.
El Madrid prioriza encontrar un nuevo técnico y que éste diseñe las altas y las bajas. El entrenador no llega y el enfado de Cristiano aumenta por días. El Madrid está metido en un buen lío.