En tierra de cosacos
España llega a Krasnodar, donde trabajará en la academia de un millonario
LA ANÉCDOTA DEL MINISTRO
Màxim Huerta bromea ante el presidente de la RFEF: “Si queréis, hago deporte desde ya”
Auna tierra de cosacos y a la casa del multimillonario Sergei Galitsky. Hasta allí llegó ayer la selección española, a Krasnodar, situada a 1.300 kilómetros de Moscú, entre el mar Negro y el mar Azov. Antes, en Las Rozas, recibió los ánimos del rey Felipe VI y del nuevo ministro de Cultura y Deporte, Màxim Huerta, conocido (repasando sus tuits) por su falta de apego a las actividades físicas. El ministro, ante el monarca y el presidente de la RFEF, Luis Rubiales, bromeó: “Si queréis me pongo a hacer deporte desde ya. Haré todo lo posible pese a no ser un deportista nato. Me pongo del lado de todos, sois unos superhéroes”.
Después tocó el vuelo a Krasnodar. Desde ahora es la casa del equipo de Lopetegui, su centro de operaciones hasta que termine su participación en el Mundial. La academia del Fútbol Club Krasnodar encantó a la Federación por sus instalaciones modernas (el club sólo tiene 10 años de vida) y por el clima, con una media de unos 23 grados en esta época. “Visitamos 15 ciudades deportivas y conseguimos quedarnos con nuestra primera opción”, explicó el director deportivo de la RFEF, Fernando Hierro. Cada selección asume los gastos de hospedaje y manutención, aunque después recibe de la FIFA una cantidad en concepto de dietas que cubre parte de este dispendio.
Pero, ¿quién hay detrás de esta ciudad deportiva de Krasnodar? Pues Galitsky, un enamorado del Athletic Club y de Lezama. Hasta el punto de que viajó a Bilbao para ver cómo se trabajaba en la cantera rojiblanca.
Con una fortuna personal valorada en 6.600 millones de dólares, Galitsky no procede del mundo del petróleo, ni del gas ni de la minería. Su origen empresarial se remonta a 1994, cuando tenía 27 años, y abrió su primera tienda de ultramarinos y de cosméticos, Magnit, con el lema “Precios siempre bajos”. Con el tiempo se convirtió en una cadena potentísima, que tiene 5.300 establecimientos y que emplea a 260.000 trabajadores en toda Rusia. Galitsky detentaba el control de la empresa hasta febrero, cuando vendió al banco estatal VTB la mayoría de sus acciones por unos 2.500 millones de dólares. Para sus negocios aplica una lógica, la que dice que aprendió jugando a ajedrez, deporte que practicó a partir de los 14 años tras intentarlo con el fútbol. Se sintió más cómodo en el tablero, se convirtió en candidato a maestro y fue campeón de Sochi, su ciudad natal. Para entonces aún lucía su apellido de origen armenio, Arutyunyan. Al contrario de lo que es más habitual, lo cambió a Galitsky cuando se casó. En Rusia se dice que su suegro no quería para su hija un apellido de reminiscencias armenias.
En el 2008 se erigió en el fundador y mecenas del FC Krasnodar, al hilo de la campaña de Vladímir Putin de expandir más el fútbol ruso (el líder político descansa en invierno y en verano en Krasnodar). Se implicó en la evolución del club. De hecho, reside en una propiedad rodeada de otras ocho vinculadas al equipo. En una vive su hija. En otra el entrenador. Además de sentir simpatía por el Athletic, el dueño del Krasnodar es admirador de Messi. En este sentido se sospecha que adquirió en una subasta la réplica en oro puro del pie izquierdo del argentino, creada por el japonés Ginza Tanaka y que salió a la venta por 5 millones de dólares.
Así es Galitsky, el hombre que hay detrás de las instalaciones en las que España trabajará, de las que partirá y a las que regresará después de cada partido. Allí sueña con estar hasta el final del torneo.