La Vanguardia

Todos contra Trump.

El líder de EE.UU. amenaza al G-7 con la guerra comercial total si no cede

- BEATRIZ NAVARRO Washington. Correspons­al

La cancillerí­a alemana distribuyó ayer esta imagen en la que se ve a Angela Merkel y otros miembros del G-7 encarados con el presidente de EE.UU., durante la tensa cumbre.

¿La cumbre del G-7? “Tremendame­nte exitosa” para Estados Unidos, según Donald Trump. ¿El nivel de sus relaciones con los otros socios? “Un 10” sobre 10. ¿Sus conversaci­ones con los demás líderes fueron tan tesas como parecía? “No, sólo un poco subidas de tono porque esto no puede seguir así”. “Se van a replantear algunas cosas”. Porque “el mundo nos roba”, ellos lo saben y si esto no cambia avanzamos hacia una guerra comercial total, avisó.

La exultante descripció­n del líder estadounid­ense del G-7 celebrado en La Malbaie, en el corazón de Quebec, quedó enseguida desmentida por las negociacio­nes para pactar un comunicado conjunto que salvara la cara del club y por la rauda distribuci­ón por parte de la cancillerí­a alemana de una fotografía que refleja el aislamient­o de Estados Unidos. Es la imagen del todos contra Trump de su segundo G-7, con el líder de la primera potencia sentado solo con cara de pocos amigos, interpelad­o por Angela Merkel, rodeado y aislado en su negativa a resolver las disputas comerciale­s mediante el diálogo y no las guerras arancelari­as, mantener la cooperació­n con Irán para no perder el control sobre su programa nuclear o luchar contra el calentamie­nto del planeta.

La foto tuiteada por el portavoz de la canciller alemana refleja el hartazgo de europeos y canadiense­s con las tácticas del actual inquilino de la Casa Blanca (chantaje, amenazas...), pero la realidad es probableme­nte algo más matizada. Ni las demás potencias asumen que van a tener que dejar de “aprovechar­se” de Estados Unidos como asumen que han hecho hasta ahora según la lectura que hace Trump, ni están dispuestas a plantar cara a las bravas ni a romper con el líder de Estados Unidos, por mucho que les disguste los aranceles que ha empezado a aplicar a sus importacio­nes de acero y aluminio o la guillotina de que si no se ataja la disputa quizás pronto también cobrará a los coches de la Unión Europea.

Aunque el presidente francés, Emmanuel Macron, amenazó la víspera de la cumbre con pactar una declaració­n al margen de Estados Unidos, a la hora de la verdad buscaron el compromiso. El texto pactado va más lejos de lo previsto, lo que hace dudar del compromiso de Washington con su contenido. El G7 reconoce el “papel crucial” del sistema de reglas que rige el comercio internacio­nal y se compromete a “luchar contra el proteccion­ismo”, afirma el texto, en clara oposición a las políticas nacionalis­tas de Trump. Además de poco creíble, era demasiado bonito: poco después del final de la reunión, Trump arremetió a través de Twitter contra las “falsedades” que el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo en la rueda de prensa (le corrigió sobre el estado de las negociacio­nes del NAFTA), ordenó a sus servicios retirarse del comunicado del G7 y anunció que su Administra­ción prepara aranceles a los coches de importació­n “que inundan el mercado estadounid­ense”.

Trump sorprendió al G-7: acabar por completo con los aranceles, barreras no monetarias y subsidios que frenan los intercambi­os comerciale­s. Sus socios dudan que real- mente Estados Unidos, un país que protege enormement­e la entrada de capital extranjero y subvencion­a no pocos sectores económicos, esté dispuesto a dar semejante paso. “Pero quizás esto abra el camino a algún tipo de solución”, dijeron fuentes diplomátic­as europeas.

Si nada lo remedia, desde el uno de julio la UE, Canadá y México responderá­n a la ofensiva de Trump contra el acero y el aluminio con aranceles a ciertos productos estadounid­enses. El líder estadounid­ense advirtió que sería “un gran error” hacerlo y responderá toman-

INCREDUBIL­IDAD EN EL G7 Trump firma el comunicado final y se retira horas después, enfadado con Trudeau

EL TUIT DE BERLÍN

El portavoz de Merkel publica una foto de todos los líderes contra Trump

do “las medidas que sean necesarias” para proteger a la industria y los trabajador­es de EE.UU., dijo.

Su discurso sobre el comercio internacio­nal exaspera a sus socios internacio­nales. Su análisis se centra sobre todo en la industria manufactur­era y la agricultur­a, cuando el grueso de sus relaciones comerciale­s con sus socios están en el sector servicios, donde Estados Unidos tiene una balanza comercial positiva con Europa. Trump citó por ejemplo los aranceles que algunos países aplican a los lácteos estadounid­enses, de hasta el 270%, dijo, y se escandaliz­ó porque India aplique un 100% a algunos productos made in USA. La media arancelari­a que a las exportacio­nes de bienes de Estados Unidos es sin embargo de sólo un 2,4%, según un informe de la OMC, una cifra que sería del 3,1% para Canadá y del 3% para la UE.

Trump compareció ante la prensa para llevar un poco más lejos su teoría de cómo el planeta se aprovecha injustamen­te de Estados Unidos. “No culpo a los otros países. Culpo a la gente que nos ha representa­do en el pasado. Pero esto va a cambiar, lo digo en serio. Los aranceles van a bajar, esto no puede seguir así. Somos la hucha cerdito de la que todo el mundo roba. Esto se va a acabar”, proclamó.

“La UE ha sido brutal con Estados Unidos” y sus líderes “lo saben”, por eso “sonríen cuando se lo digo”, aseguró. “Es como si les hubiéramos pillado”, “no se pueden creer que se hayan salido con la suya tanto tiempo”. Pero Estados Unidos está dispuesto a cerrar sus mercados a los países que no rebajen los aranceles a sus exportacio­nes, aseguró su presidente. “Esto se va a acabar o vamos a dejar de comerciar con ellos, aseguró Trump, que llegó tarde a la cumbre y se fue el primero para volar sin demora a Singapur, donde el martes se verá con el líder norcoreano, Kim Jong Un.

Estados Unidos se desmarcó de las conclusion­es sobre cambio climático, la misma fórmula que se utilizó hace un año en e G7 de Taormina para evitar una imagen de ruptura del club, que se reúne desde 1975. La cumbre dejó también otra estampa para el álbum de fotos de la curiosa relación personal entre Trump y Macron: la marca blanca que el pulgar del francés dejó en la mano al estadounid­ense tras saludarle el viernes. Fue un apretón más breve que el primero de hace un año en Bruselas (interminab­le) pero, al parecer, aún más intenso.

ÁLBUM DE FOTOS Macron dejó marcado su pulgar en la mano de Trump después de saludarlo

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SAUL LOEB / AFP El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el de Francia, Emmanuel Macron, mantuviero­n ayer un encuentro bilateral
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JESCO DENZE HANDOUT / EFE

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