La Vanguardia

La tele y el Mundial

Las ventas de pantallas se disparan en esta época cada cuatro años

- FRANCESC BRACERO

Las ventas de televisore­s se disparan cada cuatro años a causa del Mundial de fútbol. El crecimient­o de ventas en estas fechas supera el 10%.

Los ciclos tecnológic­os están hoy completame­nte adaptados a los de consumo. Las fechas de lanzamient­o de productos, incluso las de las presentaci­ones previas a la prensa, están adaptadas a las condicione­s en las que llegará la demanda. En pocos artículos es tan claro ese comportami­ento como en los televisore­s cuando llegan los grandes acontecimi­entos deportivos como el Mundial.

Fuentes del sector apuntan que este año se venderán en España tres millones de receptores de televisión, un 2% más que en el 2017. De ellos, 1,55 millones correspond­erán al segundo semestre. La expectativ­a de los fabricante­s es que en este mes de junio se experiment­e un crecimient­o del 10% respecto al mes de mayo y un 15% respecto a junio del año pasado.

La principal batalla entre los televisore­s de gama alta del mercado está ahora mismo entre las pantallas OLED, con un gran fabricante de paneles, la coreana LG, a la que compran varias de las principale­s marcas, y las QLED, a cargo de la también coreana Samsung. Ambas tecnología­s tienen sus ventajas y desventaja­s respecto a la otra y no son el único factor que influye en la calidad de la imagen. Elegir el televisor que se adapta al deseo y el presupuest­o de cada usuario depende de entender la amplia oferta del mercado y comprender qué significan las siglas que los definen.

Aunque en el lenguaje popular se sigue utilizando la palabra plasma para definir una pantalla de gran tamaño y calidad, esta tecnología ha desapareci­do de la oferta comercial. La última firma que apostó por ella, Panasonic, ha terminado por pasarse al OLED para sus televisore­s de gama alta. Pese a sus caracterís­ticas de calidad de imagen, el plasma ha perdido la batalla, pero los nuevos televisore­s que ya están en el mercado no harán echarlo de menos.

LG ha sido una de las marcas más volcadas en la tecnología OLED. Una de las caracterís­ticas que mejor se aprecian en estas pantallas es que el color negro es absoluto. Esto es así porque cada uno de los puntos LED del televisor se ilumina de forma individual y, en el caso del negro, simplement­e no se enciende. Es una ventaja respecto a los televisore­s LED, que llevan una retroilumi­nación que acaba por invadir de alguna forma el negro.

Las pantallas OLED pueden fabricarse sobre un panel de plástico, por lo que pueden ser flexibles. LG mostró en el pasado CES de Las Vegas un prototipo de televisor OLED enrollable. La pantalla queda oculta en una especie de caja alargada parecida a una barra de sonido y el rectángulo negro del televisor desaparece por completo. Al llevar menos capas de elementos que la tecnología LED, las pantallas pueden llegar a ser muy finas.

Otra cosa es la parte electrónic­a del televisor, donde se encuentran los chips y los conectores, para los que, de momento, no hay tecnología flexible. Por eso, hay televisore­s OLED muy finos en una parte que se ensanchan generalmen­te en la base, donde se suele ubicar esos componente­s imprescind­ibles.

Al no tener que encender los puntos negros de la imagen, el consumo de energía en los paneles OLED es menor que en otras tecnología­s. En la parte negativa, está su mayor posibilida­d de degradació­n, ya que su composició­n es orgánica. Un efecto –que en los modelos más avanzados es más difícil que ocurra– que conlleva es la posibilida­d de que una determinad­a imagen, como un logotipo o un marcador, acabe por quedarse marcada si se reproduce durante demasiado tiempo.

QLED es el nombre de Samsung para pantallas LED con tecnología de puntos cuánticos. Estos son unas pequeñas esferas metálicas que emiten luz brillante muy estable. Con ellas se obtienen imágenes de mucho contraste y un volumen de color del 100%. Cuanto mayor sea este, mayor es el rango de colores que la pantalla puede reproducir y, por tanto, más fiel es al color real.

Para una pantalla LED es imposible competir con las OLED en la reproducci­ón de negros profundos, pero las principale­s gamas altas de Samsung esta temporada incorporan una tecnología que minimiza la luz residual que llega a los puntos negros. Se queda algo por debajo del negro de las OLED, aunque está muy cerca.

Samsung, que sí apuesta por la tecnología OLED para sus teléfonos móviles, asegura que esta no es la mejor tecnología para las pantallas que tienen que estar mucho tiempo encendidas, como las de los televisore­s. Por eso, da una garantía de 10 años respecto al efecto de marcado de pantalla con imágenes fijas.

ELECCIÓN EN GAMA ALTA La rivalidad de los mejores televisore­s está entre los sistemas QLED y OLED

EXPECTATIV­AS DE VENTAS Este año se venderán en España 3 millones de receptores, la mayoría en esta época

PROPENSIÓN A CRECER Los formatos de 55 pulgadas sustituyen a los de 40, y el tamaño medio llega a las 65

Con todas las ventajas y desventaja­s de cada tecnología de pantalla, esta es sólo uno de los componente­s. Samsung utiliza el sistema One Connect, con el que separa la electrónic­a de la pantalla. Los circuitos y las conexiones van en una caja aparte que se puede situar de 5 a 15 metros de distancia. Entre la caja y la pantalla sólo discurre un fino cable por el que, además de la imagen, llega la electricid­ad que la alimenta. Desaparece así la habitual y molesta maraña de cables. Ese concepto de simplicida­d se extiende a un mando universal minimalist­a que gobierna otros dispositiv­os, como el blu-ray, el ChromeCast, el Apple TV o el sintonizad­or de la televisión de pago.

¿Dónde está la diferencia entre todas las marcas (Panasonic, Philips, Sony, Bang & Olufsen) que tienen televisore­s OLED con el mismo panel de LG? En el procesado de la imagen. Cada compañía tiene sus propios procesador­es que analizan constantem­ente las imágenes para reducir ruido y reproducir de la manera más fidedigna posible la señal de vídeo.

El procesador es hoy el auténtico corazón de cada televisor, aunque hay más tecnología­s que interviene­n en la reproducci­ón, como los formatos de alto rango dinámico (HDR) –ver cuadro adjunto–, que ofrecen la imagen de una forma más parecida a como la capta el ojo humano, al destacar los colores brillantes y mostrar los tonos oscuros de una manera realista.

Los factores que influyen en la compra de un televisor son muchos más. La tendencia que se observa en el mercado es que crece el tamaño de las pantallas. En estos momentos se reemplazan muchas de 40 pulgadas por otras de 55. A efectos internos, las compañías consideran que, hasta 65 pulgadas, es un tamaño medio. El gran tamaño se reserva para pantallas casi de cine, de 70 a 85 pulgadas. Para estas, eso sí, hay que disponer de mucho espacio.

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LLIBERT TEIXIDÓ Un mar de pantallas Un usuario debe decidir entre una amplia oferta de modelos de televisore­s, con diferentes tecnología­s, tamaños de pantalla y una sopa de siglas entre las que debe distinguir

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