Victoria entre bostezos
España se impone en su último ensayo sin despejar algunas dudas
El último ensayo de la selección española antes de su aparición en el Mundial resultó soporífero. Una prueba sonámbula, sin fuste, sin alegría, con muy poquita cosa que salvar excepto el gol de Aspas en el minuto 84 tras una fenomenal maniobra de Costa y un pase en profundidad de Busquets. El 1-0 daba la victoria a España tras muchos minutos de nada. En la corta etapa de Lopetegui con la roja, el partido más aburrido. Contra un adversario defensivo como Túnez, España generó poco fútbol. Se enredó ante un doble muro defensivo y no supo casi nunca poner una marcha más al encuentro. Era sólo un amistoso y, además, jugado con mucha prudencia, pero las sensaciones que dejaron los españoles no fueron las mejores: no chutaron a puerta hasta el minuto 62, por mediación de Diego Costa. Tras empatar ante Suiza el pasado domingo, ayer España ganó por un arreón final.
Lo mejor del partido fue, sin duda, el estadio de Krasnodar, que increíblemente no es sede mundialista. Moderno, dinámico, con una exhibición de pantallas y de leds, la presentación del encuentro se hizo al mejor estilo de la NBA. Todo estaba cuidado al detalle, incluso se grabó un toro de Osborne en el césped que ocupaba el círculo central. A los jugadores de Krasnodar se les conoce como los toros, pero su morlaco mira hacia abajo, mientras el de ayer lo hacía para arriba. Sin embargo, los jugadores de Lopetegui no salieron como toros bravos sino como animales mansos, sin trapío, rango ni agresividad alguna. Más pendientes de no hacerse daño a pocos días de debutar en el Mundial que de jugar con sentido, los hombres de la roja comenzaron tocando sin sustancia y terminaron por dar alas a los futbolistas de Túnez.
Y no será porque el once de España no tuviera visos de ser titular en el descorche mundialista. Salvo en la posición de delantero centro, donde anoche fue titular Rodrigo y en Vila-real Diego Costa, el resto podía estar de inicio perfectamente ante Portugal el próximo viernes. Regresaron Ramos, Isco y Busquets, ausentes ante Suiza, y Thiago se situó como interior. Con estos mimbres más Iniesta y Silva, parecía que el balón tendría un dueño, la selección española. Pero una cosa es atesorar el esférico y otra bien distinta saber qué hacer con él. Isco se abría a la izquierda y Silva a la derecha, pero con tendencia a ir hacia el centro. Se montó un conglomerado de centrocampistas que no aportaban profundidad. De hecho, en toda la primera mitad España no remató entre palos. Sólo un chut de Ramos que se marchó arriba inquietó una pizca al equipo tunecino, que se lo iba creyendo.
El primer toque de atención para los de Lopetegui llegó tras un error compartido de Thiago y Odriozola. El centrocampista conectó un pase delicado en horizontal hacia la zona defensiva y el lateral no estaba mirando la jugada. Robó Túnez, y la acción acabó en los pies de Sassi, que chutó de forma inocente. De Gea atrapó sin problemas. No fue la única llegada del conjunto africano, que se desplegaba con entusiasmo. Así las cosas, Sliti también rozó el 0-1, pero disparó fuera.
El seleccionador español se desgañitaba en la banda en su partido número 20 en el cargo. Su equipo ni marcaba ni brillaba. En cambio, sí mostraba varias lagunas de concentración.
Era sólo un ensayo, pero la imagen no estaba siendo buena. Quedaba el recurso habitual en los amistosos, los cambios. Con los relevos subió la agresividad. Con Koke, Nacho, Lucas Vázquez y, sobre todo, después con Costa, España
PAREJA DETERMINANTE Aspas decidió el partido con su gol, pero el que activó el encuentro fue Diego Costa
por lo menos se plantó en terreno tunecino de forma permanente y Costa remató, haciendo intervenir por vez primera al portero tunecino. Pero ni por esas. Lopetegui siguió experimentando y en el último cuarto de hora ordenó una defensa de tres tras la salida de Aspas, que fue decisivo al anotar el único gol del partido. Mientras, Iniesta se exprimía durante 90 minutos. El próximo viernes, ante Portugal, arranca lo serio.