Los argentinos no viven el fútbol, el fútbol vive en los argentinos, como ha demostrado en Barcelona la selección albiceleste
te. El milagro era que los dejasen ir a las gradas del campo de entrenamiento número 7. Viajaron hasta Barcelona desde Calafate, la ciudad del glaciar Perito Moreno. De Catamarca. De Necochea. Del barrio de Tablada, en Rosario, “cerca de donde nació Messi”, precisa el Gordo Germán. Para otros la ruta fue más sencilla, como para el Mágico Rafita, socorrista, y Leonardo Weissberg, transportista e informático (corresponsable de la aplicación IA Music, que permite descargar canciones en dispositivos Android sin internet). Ambos viven en la localidad mallorquina de Alcúdia y llegaron con la esperanza de ver a sus paisanos. “Y aquí nos tienes: viendo una pared”. Un rato antes escalaron el talud de la B-23 para tener una mejor perspectiva, “pero la Policía nos desalojó”, dice Juan Pablo, que salió de Mar de Plata el 26 de mayo y regresará el 17 de agosto. De Barcelona irá a Berlín.Y de allí a Praga, Budapest y, por fin, Moscú. “¿Tienes entradas”, le preguntan. “¿Entradas? ¡Claro que no!”
LOS JUGADORES
La capital catalana vive su semana más argentina con la presencia de los hombres de Sampaoli
LOS AFICIONADOS
Cruzaron el océano para ver entrenar a sus ídolos y sólo vieron las vallas de la Ciutat Esportiva del Barça