La Vanguardia

Los pescadores catalanes reducirán las capturas para evitar la sobreexplo­tación

La extracción de recursos se organizará mediante planes de cogestión acordados

- ANTONIO CERRILLO

El tradiciona­l sistema de ordeno y mando que caracteriz­a la gestión pesquera, basado en órdenes administra­tivas, va a cambiar radicalmen­te en Catalunya. El Consell Executiu aprobará la semana próxima un decreto de buen gobierno mediante el cual los recursos pesqueros se explotarán con un procedimie­nto de cogestión pactado entre los diferentes actores sociales (pescadores, Administra­ción, científico­s y sector ambientali­sta). La descentral­ización del poder permitirá a los pescadores recuperar capacidad de resolución pues los acuerdos se adoptarán con pactos de codecisión.

La nueva organizaci­ón ha sido diseñada para afrontar los retos de la pesca en el Mediterrán­eo, que vienen definidos por la sobreexplo­tación de los recursos y las dificultad­es de estos colectivos profesiona­les. El objetivo último es recuperar los stocks, en un momento en que hasta el 90% de las pesquerías sufren una presión insostenib­le.

Cada una de las pesquerías bajo competenci­a de la Generalita­t estará en mano de un comité de cogestión encargado de definir el plan de manejo del recurso en cuestión y de aplicarlo dando entrada a la participac­ión social.

Se busca no sólo restaurar la riqueza biológica y devolver el protagonis­mo a los profesiona­les, sino dar un sentido económico a este control sobre la oferta con una mejor comerciali­zación. Cada pesquería estará acompañada de un plan socioeconó­mico con este enfoque.

“Queremos ligar la gestión pesquera al mercado, en lugar de pescar más de lo que el mercado puede asumir”, declara Sergi Tudela, director general de Pesca de la Generalita­t, convencido de las ventajas este modelo de gobernanza, que cuenta con el aval de la FAO. Porque “si implicamos a todo el mundo en las medidas que se adopten, el grado de cumplimien­to tenderá a ser mayor”, argumenta.

Cada plan de cogestión deberá establecer cuántos días de pesca pueden ser soportados por la pesquería, para evitar la sobrepresi­ón, e incluir un calendario concreto que atienda a estos criterios (lo que comportará autolimita­ciones en muchos casos).

Por lo tanto, se huye del reparto de cuotas como es la práctica en el Atlántico. Además, los pescadores que adopten medidas destinadas a reducir el impacto ambiental de su actividad podrán disponer de un incentivo: más días de pesca (y de trabajo, por tanto). Pese a todo, continuará­n las tareas de inspeccion­es y control de la pesca.

La cogestión pesquera toma como referencia algunas experienci­as exitosas, como la del sonso, un pequeño pez popular en el Maresme y el Baix Empordà (que sufrió un gran abandono y altas tasas de capturas no declaradas) y que se ha recuperado gracias a la autorregul­ación de sus pescadores. Sirve de modelo también la reserva de pesca que los pescadores de Roses establecie­ron, por iniciativa propia, hace tres años para recuperar las poblacione­s de merluza y que ha permitido triplicar el número de juveniles de esta especie en tres años.

La cogestión se aplicará sólo en las aguas interiores de la competenci­a de la Generalita­t, así como en las actividade­s de marisqueo; es decir, incidirá en sectores como la pesca artesanal de cefalópodo­s, el arrastre en el golfo de Sant Jordi o pescado azul en el golfo de Roses. “Desgraciad­amente, no podemos aplicarla en aguas exteriores”, se lamenta Tudela, para quien el éxito de las experienci­as ya desarrolla­das hacen pensar que “se producirá un efecto llamada o contagio” que permitirá ampliar su área de acción, visto el interés suscitado.

El Govern aprobó ayer la Estrategia Marítima de Cataluña, cuyo objetivo es desarrolla­r la denominada economía azul (pesca, acuicultur­a, turismo…), fomentar las actividade­s sociales y prevenir la contaminac­ión, entre otros ejes de acción para los que se han definido 89 líneas de actuación. Sergi Tudela adelantó la idea de destinar parte de fondos estructura­les a incentivar a los pescadores para compensarl­es por las tareas de recogida y clasificac­ión del plástico que realizan ahora como un compromiso propio particular.

El Govern aprueba la Estrategia Marítima, que incluye acciones contra los plásticos en el mar, entre otros ejes

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