La Vanguardia

“¡Di que me fuiste infiel!”

El técnico Shane Tusup deja de entrenar a Katinka Hosszú, su exesposa

- SERGIO HEREDIA

El 24 de mayo, Shane Tusup escribió en Instagram: “A todos los seguidores. Es cierto. Katinka (Hosszú) y yo no volveremos a estar juntos, ni personal ni profesiona­lmente, debido a asuntos personales. Pero merecéis conocer la verdad: esos asuntos personales significan que ella me traicionó”.

Hasta entonces, a efectos oficiales, Tusup (30) había sido el marido y el entrenador de Katinka Hosszú (29), nadadora húngara, una de las especialis­tas más decisivas de los últimos tiempos.

Y toda Hungría bendecía a la pareja, cuya iconografí­a colgaba de carteles y autobuses: Iron Nation.

Pudimos husmear en el merchandis­ing local el verano pasado, en los Mundiales de Budapest. Se formaban colas ante las tiendas de souvenirs. Iron Nation es una parafernal­ia pseudomili­tar formada por gorras, botellas de cristal, fulares y bolsas de tela.

“Hard work always pays off”, decía la inscripció­n en aquellas bolsas. El trabajo duro siempre da recompensa­s. Había, incluso, cómics.

Hosszú era Iron Lady. La dama de hierro. La heroína sexy que salvaba a alguien, vete a saber de qué. A veces, Shane Tusup le acompañaba en aquellas andanzas. Aparecía con gorra y barba. En versión Click de Playmobil. En aquellos Mundiales, los del año pasado, Hosszú se apoderó de cuatro oros. Habían sido sus Mundiales. Luego, todo se afeó.

En realidad, el asunto viene de largo. La suya ha sido siempre una relación obsesiva. Visualment­e molesta. Se ha escrito mucho sobre los excesos de Tusup. Le hemos visto gritándole a Hosszú desde el bordillo. Torciendo el gesto. Sacando bíceps cuando la chica triunfaba. Abroncándo­la cuando las cosas salían mal. Todo ello, en público. Describimo­s estas escenas en una crónica y Tusup amenazó a este cronista: –En mi país nunca serás bienvenido. Las coléricas reacciones de Tusup se volvieron rutinarias en la natación internacio­nal. Se enfrentó a jueces, dirigentes federativo­s y nadadores. Aisló a Hosszú, que se enajenaba del entorno.

En noviembre, Tusup señaló con el índice y el corazón a los jueces y los organiHoss­zú zadores de una reunión en Hungría. Como si manejara una pistola. Lo contaba Ferenc Pass, técnico magiar. Para entonces, Hosszú ya estaba harta de él: ante el juez, declaró en su contra.

Iron Nation empezó a desintegra­rse. La pareja se separó por primera vez en diciembre. En aquellos días saltó un rumor. Se dijo que Hosszú pretendía sumarse al grupo de Fred Vergnoux, entrenador de Mireia Belmonte. Pero Fred Vergnoux desmintió categórica­mente esa posibilida­d a La Vanguardia. y Tusup se reconcilia­ron luego. Fue por poco tiempo.

En mayo, Hosszú emitía un comunicado en Facebook:

“Quiero acabar con los rumores. Lamentable­mente, Shane y yo no hemos sido capaces de resolver nuestros problemas personales, y por tanto no volveremos a trabajar juntos”.

Tusup replicó de inmediato:

“En Semana Santa, Katinka me admitió su adulterio. Me traicionó abandonánd­ome por Daniel Dudas, su compañero de entrenamie­nto (Dudas también es discípulo de Tusup) (...) Realmente, creo que ella nunca me amó; sólo amó la manera en que yo estaba entregado a ella”.

Hoy, Hosszú nada en el Trofeo Ciutat de Barcelona, en el CN Sant Andreu. Lo hará en silencio, sin que Tusup le vocee desde el bordillo.

LA DENUNCIA

“En Semana Santa, Hosszú me confesó su adulterio; realmente creo que nunca me amó”, escribió Tusup en Instagram

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ATTILA KISBENEDEK / AFP Katinka Hosszú y Shane Tusup, su exentrenad­or y exmarido, el año pasado

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