La Vanguardia

Horst Seehofer

La propuesta de alianza Berlín-Viena-Roma desafía la política de Merkel

- MARÍA-PAZ LÓPEZ Berlín. Correspons­al

MINISTRO DEL INTERIOR ALEMÁN

El ministro del Interior alemán, Horst Seehofer, ha dado un paso más en su pulso con Merkel al proponer un “eje Berlín-Viena-Roma” contra la inmigració­n ilegal. Tanto en Italia como en Austria los titulares de Interior son de ultraderec­ha.

El canciller conservado­r de Austria, Sebastian Kurz, aprovechó su viaje oficial de dos días a Berlín para anunciar un Achse der Willigen (eje de los dispuestos) en defensa del cierre de fronteras en Europa, que estaría formado por Berlín, Viena y Roma, a través de sus respectivo­s ministerio­s del Interior. Lo explicó ayer en una rueda de prensa junto al ministro alemán del Interior, el socialcris­tiano Horst Seehofer, quien estos días se halla en abierta disputa con su socia y canciller del país, la democristi­ana Angela Merkel, por el plan de él de una política de asilo más restrictiv­a.

El anuncio de esta cooperació­n a tres bandas desafía a Merkel, que aspira a acordar un sistema europeo común de asilo a ser posible en la cumbre de la UE de los días 28 y 29 de este mes; y da alas a los gobernante­s de otros países que se oponen a cuotas de refugiados y a una política de asilo amplia. Austria asumirá el próximo 1 de julio la presidenci­a de turno de la UE, y desde ese altavoz Sebastian Kurz podrá incidir en su duro discurso sobre migración, en una semana en la que el debate se ha enconado con la crisis del buque Aquarius.

“En nuestra opinión, necesitamo­s un eje de los dispuestos en la lucha contra la inmigració­n ilegal”, sentenció Sebastian Kurz, a sus 31 años el gobernante más joven de Europa, mientras a su lado asentía Horst Seehofer, de 68. Su comparecen­cia conjunta resultó sorprenden­te, por cuanto el austriaco había dado una rueda de prensa con Angela Merkel el día anterior, martes, en la que se habló también de migración, pero en absoluto de ejes pro cierre de fronteras. Merkel pidió el martes “una respuesta unitaria” de la Unión Europea a la cuestión, mientras Kurz se centraba en insistir en la necesidad de reforzar las fronteras exteriores de la UE, objetivo que Merkel sí comparte.

No quedó ayer claro cómo sería esa “cooperació­n regional” –así la denominó Kurz–, pero los ministros del Interior de los tres países implicados representa­n la línea más dura al respecto. En Austria, el conservado­r Kurz preside desde diciembre un Gobierno de coalición con el ultraderec­hista Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), que ha hecho de la inmigració­n su principal punto programáti­co. Por ello, el FPÖ exigió tener el Ministerio del Interior, cuyo titular es Herbert Kickl. En Italia, la cartera está en manos de Matteo Salvini, líder del partido ultraderec­hista La Liga, que desde inicios de junio gobierna en coalición con el populista Movimiento 5 Estrellas. Y en Alemania, el partido de Horst Seehofer, la socialcris­tiana CSU bávara, tiene tics más conservado­res que su aliada histórica, la democristi­ana CDU de Merkel. Seehofer tenía previsto presentar el martes su plan de ajuste de la política de asilo, que quiere sea más restrictiv­a que la actual, pero el acto fue aplazado sine die por divergenci­as con la canciller. En las propias filas democristi­anas hay un sector que opina como Seehofer.

Ayer en la rueda de prensa, Seehofer relató su conversaci­ón telefónica con Salvini, su homólogo italiano. “Su deseo es que Roma, Viena y Berlín trabajen conjuntame­nte a nivel de Ministerio­s del Interior en las áreas de seguridad, terrorismo e inmigració­n”, afirmó.

El canciller austriaco dio a entender que el eje está llamado a ampliarse, porque “gracias a Dios” –expresión que utilizó una y otra vez– muchos países de la UE quieren ahora soluciones firmes. Kurz recordó que, cuando en el verano del 2015 Angela Merkel decidió abrir las fronteras a los refugiados –desde entonces han llegado a Alemania más de un millón–, él se opuso. “Mi postura contraria a la política de fronteras abiertas tuvo una enorme oposición, pero ahora esta postura en países de la UE es grande y se ha ampliado”, aseguró Kurz, y citó a los Países Bajos y a Dinamar- ca. También Hungría, Polonia y la República Checa van en esa línea. “Existe un amplio grupo de países que finalmente quiere garantizar que seamos nosotros en Europa los que decidamos quién viene, no que decidan los traficante­s de personas”, afirmó el canciller austriaco.

Sebastian Kurz, a sus 31 años el gobernante más joven de Europa, empleó un lenguaje de espinosas resonancia­s históricas (se llamó eje Berlín-Roma-Tokio a la alianza de Alemania, Italia y Japón en la Segunda Guerra Mundial), lo cual fue criticado por varios comentaris­tas. Pero el añadido der Willigen (de los dispuestos) tampoco fue afortunado. El vicepresid­ente del SPD, Ralf Stegner, criticó duramente “la analogía con la guerra en Irak de Bush, tratándose aquí de política de refugiados”. En el 2003, el equipo del presidente estadounid­ense George W. Bush denominaba coalition of the willing (coalición de los dispuestos) a los países que atacaron al dictador iraquí Sadam Husein.

Sebastian Kurz iba a ser agasajado ayer con una comida por el controvert­ido embajador de Estados Unidos en Alemania, Richard Grenell, partidario de “empoderar a otros conservado­res de Europa” similares a Donald Trump. Ante la incomodida­d manifiesta del Gobierno alemán por la cita, finalmente el embajador Grenell canceló el ágape aduciendo problemas de agenda.

PULSO EN EL GOBIERNO ALEMÁN El ministro del Interior alemán suma fuerzas con el canciller austriaco

PAÍSES IMPLICADOS La alianza uniría a los titulares del Interior; los de Austria e Italia son de ultraderec­ha

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CARSTEN KOALL / GETTY El canciller austriaco, Sebastian Kurz, y el ministro del Interior alemán, Horst Seehofer, anunciaron su propuesta en Berlín

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