Defensa continental
La Comisión destina 13.000 millones a mejorar la capacidad militar europea
La Unión Europea deja fuera a las empresas de Estados Unidos y el Reino Unido en sus inversiones en investigación y capacidades militares, que recibirán 13.000 millones de euros en el periodo 2021-2027.
La propuesta no va a gustar ni a Estados Unidos ni al Reino Unido. A los norteamericanos, porque después de conseguir que los europeos gasten mucho más en defensa, sus empresas se van a quedar sin una parte del pastel. A los británicos, porque con el Brexit sus compañías también quedarán fuera. Son los planes que presentó ayer la Comisión Europea, y que suponen un salto espectacular en inversión en proyectos de defensa. Se destinarán 13.000 millones de euros del presupuesto comunitario en el periodo 2021-27 para subvencionar inversiones en investigación y capacidades militares de la Unión Europea.
Es un cambio radical y demuestra que “vamos en serio”, dijo la comisaria europea de Industria, Elzbieta Bienkowska, al presentar las medidas. Fuentes de la Comisión Europea añaden que “teníamos necesidad de un sistema que convirtiera los proyectos de colaboración en más rentables”. La forma de conseguirlo serán las subvenciones. Todo proyecto en el que participen como mínimo tres empresas de tres países europeos distintos podrá optar a recibir ayudas del Fondo de Defensa. Una parte, 4.100 millones de euros, irá dedicada a la investigación. El resto, 8.900 millones, a desarrollar las capacidades militares.
En el desarrollo de prototipos, la parte más onerosa de los proyectos, la financiación europea será del 20%, y puede aumentar hasta el 30% si se trata de proyectos considerados prioritarios, los que entran dentro de la Cooperación Estructurada Permanente (Pesco). Además, los porcentajes de cofinanciación pueden mejorarse también si participan pymes.
Un punto clave del proyecto es el que va destinado básicamente a empresas europeas. Según la Alta Representante de la UE, Federica Mogherini, “no es una sorpresa que el dinero europeo se destine al apoyo de proyectos europeos”, pero lo cierto es que los mensajes que se han lanzado repetidamente desde los Estados Unidos han sido dobles. Exigen más gasto en defensa, y lo están consiguiendo, pero también quieren que sus empresas puedan participar en estos proyectos, y este acceso será limitado.
En concreto, sólo se permite la intervención de empresas de terceros países cuando se cumplan una serie de condiciones que aseguren la protección de los intereses europeos. La principal es proteger la información sensible cuando quiera participar la filial europea de una compañía extranjera. A esta información tendrá acceso la filial, pero no puede transmitirla a su central. Dos condiciones suplementarias son que los derechos de propiedad intelectual se queden en la UE y el compromiso de permanecer en el proyecto hasta su conclusión.
Recibirán ayudas los planes europeos en que participen tres empresas de tres países distintos
Fuentes de la Comisión Europea indican que el sistema de triple filtro previsto tendría que asegurar la correcta evaluación de los proyectos. Primero, es el consorcio de varias empresas, que tiene que ponerse de acuerdo; en segundo lugar, los estados miembros afectados, que tienen que esponsorizarlo; y finalmente, el análisis que realizará la Comisión Europea.
En cualquier caso, es un salto espectacular en inversión en defensa por parte de la Unión Europea. Se pasa del embrión de Fondo de Defensa actual, 600 millones para el período 2018-2020, a los 13.000 millones para el septenio 2021-27, una media de 1.800 millones anuales. Uno de los primeros proyectos que podría optar a este embrión del Fondo de Defensa, sería el Eurodrone, en el que participan Alemania, Francia, Italia y España, y que en abril presentó en Berlín su primer modelo a escala real.
Por otra parte, la Comisión Europea también lanzó ayer un segundo fondo de 10.500 millones de euros para financiar operaciones y misiones militares fuera del territorio europeo . Es el fondo denominado Iniciativa para la Paz, que queda fuera del presupuesto comunitario y se alimentará de aportaciones directas de los estados miembros, en función de su renta. El principal escenario geográfico donde previsiblemente se utilizará este fondo será el continente africano.