Doble o nada
Hay personas que se pluriemplean por gusto, porque no pueden estar quietas en sus horas libres. O porque no se realizan en una sola profesión y necesitan una especie de doble realización. O porque con una vida no les basta y necesitan dos. Se llama pluriactividad voluntaria. Personalmente, es una opción que me encanta, y siempre me ha parecido inquietante que la administración se entrometa en ella. Por eso me sabe fatal que María Jesús, magistrada de Lugo que en sus horas libres ejerce como pitonisa, esté ahora siendo investigada por el Consejo General del Poder Judicial. Se conoce que los jueces están sometidos a un régimen de incompatibilidades muy estricto, lo que es un poco como poner la venda antes de la herida. Lo ideal sería, digo yo, no entrometerse a no ser que el pluriempleado no ejerza los trabajos con la calidad esperada o con la honestidad imprescindible. De hecho, ocurre a menudo que una de las actividades, lejos de restarle energía o tiempo a la otra, la enriquece.
Yo no sé si es exactamente el caso de María Jesús, pero, por lo que respecta a la videncia, tenemos pistas de que la ejerce con honrada vocación: según rezan las octavillas que deja en los parabrisas de los vehículos, cobra sólo 15 euros por sesión y “sin límite de tiempo”, lo que prueba que lo suyo surge de una sincera vocación de liberarse un rato del estrecho corsé de la magistratura y realizarse por otros caminos como una mujer completa. También tenemos una pista de que su formación y experiencia en la judicatura elevan el nivel de su actividad como vidente (profesión cuyo prestigio, admitámoslo, está por los suelos). Vean sino lo que le dijo a
¿El CGPJ ha de desperdiciar esfuerzos en investigar jueces que ejercen la videncia en horas libres?
un reportero de investigación que acudió a su consulta simulando una historia falsa de preocupación por un juicio: “Esto va a ser una fuente de follones y vamos a ver si la justicia... Porque... confío en la justicia, creerás, pero luego leerás cualquier cosa en el periódico y dirás... ¡pues la justicia parece que tampoco acierta mucho!”.
Impecable. ¿O no? En cuanto a su actividad como magistrada, no parece que nadie hasta ahora haya cuestionado ninguna de sus sentencias. Sólo algunos comportamientos excéntricos han sido objeto de reproche: aparecer en la sala con su gato, exponer públicamente ideas propias sobre la ley de Violencia de Género o fumar en las dependencias judiciales (¡por dios!). Me la imagino como la Elsbeth Tascioni de la judicatura galega (la abogada pelirroja y superintuitiva de The good fight). Así que oye, María Jesús: estoy contigo y te deseo lo mejor. El CGPJ hará bien en archivar el caso. ¿Por qué el CGPJ debería desperdiciar esfuerzos en magistrados que ejercen la videncia en sus horas libres pudiendo concentrarlos en algunos magistrados, de todos conocidos, que parecen recurrir a la videncia en pleno ejercicio de sus funciones?