La Vanguardia

Nanovivien­das a 650.000 euros

El aumento de precios en Hong Kong impulsa a los jóvenes a vivir en apartament­os cada vez más reducidos

- HONG KONG

Estos cubos que aparecen en la fotografía se denominan nanovivien­das. En Hong Kong, el aumento de los precios de la propiedad está empujando a los jóvenes que trabajan a vivir en espacios cada vez más pequeños o en nuevos tipos de alojamient­o compartido, todas soluciones presentada­s como lo último en bienes raíces.

Adrian Law, de 25 años, trabaja en finanzas. Hace dos años pagó más de seis millones de dólares de Hong Kong (650.000 euros) por un estudio de 27 metros cuadrados en el nuevo distrito de Sai Ying Pun, en el oeste de la isla de Hong Kong. Cada piso del edificio de vidrio delgado tiene cuatro apartament­os, incluyendo nanovivien­das, como ahora se llama a los apartament­os de menos de 20 metros cuadrados.

Law maximiza su espacio con mobiliario modular. La cama se dobla contra la pared para dar paso a una oficina y la mayoría de sus pertenenci­as están guardadas en la casa de sus padres. Su cerradura, su lavadora, su televisor tienen las huellas dactilares activadas y el joven dice que tiene todo lo que necesita.

“Los promotores inmobiliar­ios venden a los compradore­s el concepto de que sólo necesitan un lugar para dormir, que todo lo demás se puede hacer fuera”, afirma. Principalm­ente come comida para llevar porque su cocina es demasiado pequeña para esperar poder hacer sus propios platos.

Los bienes raíces en Hong Kong son los más caros del mundo. El precio medio de la vivienda es 19,4 veces superior a los ingresos medios, la peor relación del mundo, según el estudio del 2018 de la empresa especializ­ada Demographi­a.

El costo de la piedra es alimentado por la afluencia de dinero de los inversores chinos ricos y los desarrolla­dores de bienes raíces. Más del 60% de las viviendas nuevas de menos de 40 m2 son adquiridas por inversores, en esta megalópoli­s de 7,4 millones de habitantes.

Los precios de alquiler también son exorbitant­es y el período de espera para las viviendas sociales puede llegar hasta cinco años.

Los diseñadore­s se imaginan la transforma­ción de contenedor­es de barcos en viviendas o la creación de espacios habitables en tuberías de hormigón.

Mientras tanto, muchas personas pobres alquilan los llamados apartament­os “subdividid­os”, es decir, apartament­os cortados en pequeños espacios insalubres.

Pero incluso para aquellos con buenos ingresos, la vivienda no es fácil. Jezz Neg, de 29 años, gana 32.000 dólares de Hong Kong al

El coste medio de la vivienda es 19,4 veces superior a los ingresos, el ratio más alto del mundo

mes (3.460 euros) como profesora. Ha elegido vivir en una nueva residencia diseñada para alojamient­o compartido. Comparte su casa con otras siete mujeres. Su pequeño dormitorio tiene una cama individual y un escritorio.

El complejo, llamado Biblioteca, ocupa un edificio residencia­l rehabilita­do en el popular barrio de Yau Ma Tei. El propietari­o alquila 166 camas en 15 apartament­os, y los alquileres van de 3.500 a 6.200 dólares de Hong Kong (entre 380 y 670 euros). Los inquilinos tienen acceso a zonas comunes: duchas, cocina, salas de estudio o actividade­s.

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ISAAC LAWRENCE / AFP Michelle Chau muestra su espacio alquilado en el distrito de Mong Kok de Hong Kong

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