Al son de Son y con la sabiduría de Toni Grande
Corea del Sur no es una selección cualquiera. Los guerreros taeguk (símbolo coreano de balance, del yin y el yang que puede verse en la bandera surcoreana) han tenido una regularidad sin parangón en Asia. Desde 1986 no se pierde una cita mundialista y es la selección asiática que más participaciones tiene en Mundiales de fútbol, diez. El mayor éxito del combinado surcoreano fue en el 2002 cuando, como organizadores del Mundial junto a Japón, alcanzaron las semifinales del torneo. Por el camino dejaron a Italia en octavos gracias a un gol de oro y a España en cuartos por penaltis. Alemania les frenó en semifinales por un ajustado 1-0. Curiosamente estas tres selecciones ganaron, en el mismo orden, los siguientes tres mundiales: Alemania 2006, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014. Pura anécdota. Turquía les ganó el tercer puesto, pero este año no estará en Rusia. En todo caso, aquel equipo comandado por Guus Hiddink rompió esquemas también porque hasta entonces Corea del Sur nunca había logrado una victoria en un Mundial. En Alemania logró otra y en Sudáfrica una. En Brasil se quedó en blanco. La nueva Corea del Sur es una selección joven y atrevida aunque con enormes problemas defensivos y cuya estrella es Son Heung-Min. El talentoso delantero brilla en el Tottenham y siete goles suyos en la fase de clasificación ayudaron a los sudcoreanos a alcanzar un nuevo Mundial. Es el alma de este equipo cuyo técnico es Shin Tae-yong, elegido en junio del 2017 tras la destitución del mítico Uli Stielike. Taeyong dirigió hasta entonces la sub20 y en Brasil 2014 fue ayudante de Hong Myung-bo, capitán de la histórica selección del 2002.
A su lado, en el banquillo, está un campeón del mundo muy conocido por la afición española: Toni Grande. El que fuera durante muchos años mano derecha de Del Bosque, con quien logró el Mundial 2010 y la Eurocopa 2012 para España, se sumó al cuerpo técnico de Corea del Sur el pasado diciembre para tratar de consolidar el modelo de fútbol ofensivo y abrazar a jóvenes talentos como el de Lee Seungwoo, de 20 años, que, tras dejar La Masia, no sin que el Barça se asegurara una opción de compra, ya destaca en el Hellas Verona italiano. Ficharon también al preparador físico español Javier Miñano, otro ex de la roja campeona, la del tiqui-taca, su referencia.