Buch prescinde de López y coloca a un político al frente de los Mossos
El director de la Policia será el encargado de comandar directamente el cuerpo
“Muchísimas gracias por todo, pero ya no le necesitamos”. El conseller de Interior, Miquel Buch, despachó con esta dureza y parecidas palabras al que durante los últimos nueve meses ha estado al frente de los Mossos d’Esquadra, el comisario Ferran López. Desde el pasado 4 de junio, cuando se reunieron por primera vez, Buch tenía sobre su mesa una breve carta en la que el policía ponía su cargo a disposición del político. Diez días después y sin ningún gesto público de agradecimiento a la gestión del comisario, el conseller decidió cesarlo, pero dejó vacante el cargo de jefe de Mossos que pasa a depender directamente del director de la Policia, Andreu Martínez.
Tras aquella primera reunión del 4 de junio, el conseller pidió al comisario “discreción” y el favor de que se mantuviera al frente de la policía catalana mientras acababa de decidir qué hacía con la jefatura de los Mossos.
Ayer al mediodía, el titular de Interior convocó a López a su despacho y en una breve entrevista le agradeció su servicio al frente de la institución, pero le explicó que ya no contaban con él en ningún cargo de responsabilidad de la jefatura. Para la gestión de los Mossos, el director Andreu Martínez contará con dos comisarios, Joan Carles Molinero y Miquel Esquius, actualmente en la cúpula. Desde la Conselleria d’Interior se aseguró que la medida es “provisional”, pero provocó un gran malestar entre todos los escalafones del cuerpo. Cuesta entender que en diez días, el actual equipo político de Interior no haya encontrado a un solo comisario, entre la veintena que cuenta el cuerpo, en el que confiar el mando de la policía de la Generalitat para los próximos tiempos.
Se da por hecho que en las próximas semanas, Andreu Martínez, junto a Molinero y Esquius, diseñarán un nuevo organigrama en el que habrá movimientos importantes de comisarios e intendentes en las regiones policiales y las comisarías generales.
La semana pasada, el mayor Josep Lluís Trapero se reunió con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, en presencia del conseller de Interior. Le propusieron ser restituido, pero este declinó al entender que su cargo estaría condicionado por su actual situación procesal en la Audiencia Nacional. También se puso a disposición del nuevo jefe del cuerpo para atender las responsabilidades, no operativas, que le encarguen en adelante.
El comisario que dirigió la policía catalana los últimos nueve meses puso su cargo a disposición el 4 de junio
Durante estos diez días, el Departament d’Interior trasladó al exterior la sensación de que se iba a preservar el cuerpo de las convulsiones políticas de los últimos tiempos, y que quizás no se confirmaría a Ferran López al frente de los Mossos d’Esquadra, pero se haría un gesto manteniéndolo en la estructura de mando. Desde ayer, el comisario carece de destino, hasta que se le asigne una nueva responsabilidad.
En su carta del 4 de junio, el comisario decía que “desde el primer momento expliqué que aceptar el cargo era una situación temporal y limitada al periodo que se abría con la nueva dependencia gubernativa”.