El teatro del terror
No dormirás Dirección: Gustavo Hernández Intérpretes: Belén Rueda, Eva De Dominici, Natalia de Molina, Germán Palacios
Producción: España, Argentina y Uruguay, 2018. 106 min. Terror
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desconocidos y El cuaderno de Sara, dos registros disímiles, Belén Rueda incursiona de nuevo en el cine de terror más o menos gótico, ámbito en el que cosechó dos de sus interpretaciones más recordadas: El orfanato, de J. A. Bayona, y Los ojos de Julia, de Guillem Morales. No dormirás es una ambiciosa coproducción hispano-argentino-uruguaya dirigida por el uruguayo Gustavo Hernández, quien se dio a conocer hará cosa de ocho años con un ejercicio de estilo low cost filmado en un (aparente) único plano secuencia, La casa muda. Aquí pone en escena un guión de Juma Fodde, de inquietante premisa: ¿qué pasaría si pudiéramos pasarnos, pongamos por caso, doscientas horas sin dormir, además de enviar a Freddy Krueger a la cola del paro? Resulta que el insomnio, provocado por una enigmática
mad doctor (Rueda) que cree en la locura como fuente de creación, es la clave de la función que ensaya un grupo de teatro alternativo en un hospital psiquiátrico abandonado, un escenario muy atmosférico y tenebroso, muy Bayona, o muy Balagueró. El caso es que la obra que pretenden representar la crearon, dos décadas atrás, los propios pacientes del centro, con lo cual los fantasmas del pasado provocan un cortocircuito con la realidad del presente.
Tan sugestivo punto de partida no llega, sin embargo, a desarrollarse de manera convincente. Hay demasiados golpes de efecto previsibles, demasiados sustos tópicos (sobre todo en la insistente bañera) y un desenlace que, antes que atar cabos, embarulla todavía más la intriga sobrenatural. La factura, en cambio, y el clima son competentes, tanto como las composiciones de las tres actrices principales: Belén Rueda, que se mueve con la autoridad de una Nicole Kidman; la argentina Eva De Dominici, de intensa trayectoria televisiva en su país, que pecha con el personaje más desgarrado y trágico, y la siempre excelente Natalia de Molina, la inolvidable protagonista (con su merecidísimo Goya) de Techo y
comida”.