Rusia empieza con euforia
La anfitriona vence sus fantasmas con una goleada y doblete del hispano-ruso Cheryshev
La anfitriona, que lleva años sin convencer a su afición, necesitaba un empujón al inicio del Mundial. Se lo dio el miércoles uno de los jugadores mas emblemáticos de los rusos, el delantero Artiom Dzyuba, que lanzó un comunicado enfadado dirigido a la prensa: “Es ofensivo que consideren a este equipo ruso el mas débil de la historia. Nosotros no somos el enemigo”. Parecía responder ayer en su portada el deportivo de mas tirada del país, Sport-Express, que gritaba negro sobre blanco: “¡Adelante, Rusia!”
Doce minutos fueron suficientes para darse cuenta de que el empujón estaba dando resultado. Yuri Gazinski perforaba la portería de Almuaiouf tras una asistencia de Alexánder Golovin desde la izquierda e inauguraba una tarde que hacía mucho tiempo no se conocía aquí. El seleccionador Stanislav Cherchésov abandonaba la cara larga que arrastraba desde hace ocho meses, cuando sus discípulos lograron su última victoria, en el amistoso con Corea del Sur, y empezó a celebrar cada diana con los brazos en alto. A la rueda de prensa posterior acudió con una sonrisa de oreja a oreja. No es para menos, pues la de ayer fue la primera victoria de Rusia en un campeonato del mundo en los últimos 16 años.
Seguro que el resultado cubrió las primeras expectativas de un grupo de entusiastas aficionados mexicanos, parte de los muchos aficionados extranjeros que llenaron las casi 80.000 localidades del estadio principal del Mundial. “En este primer partido vamos con Rusia”, decía Alfonso García, de la ciudad de Chihuahua. “En un Mundial de fútbol todos estamos juntos y olvidamos las enemistades”, añadía su amiga Adriana. El plan del grupo es quedarse en Moscú hasta el final del torneo y, por supuesto, ver vencer a su selección. “Por un acontecimiento como este, el trabajo allá puede esperar”.
El héroe de la jornada fue el centrocampista del Villarreal Denis Cheryshev, que no figuraba en la alineación inicial. Entró al césped del Luzhnikí en el minuto 24, tras la lesión de Alán Dzagóev, y puso el 2-0 en el marcador casi al final de la primera parte. En la segunda hizo doblete, logrando uno de los dos goles que marcó Rusia en el tiempo añadido.
“Hemos demostrado lo que queremos lograr en el Mundial. Queremos ser unos dignos anfitriones del torneo. Estoy muy agradecido a los chicos por haber cumplido con todo lo que teníamos planeado”, explicó tras el partido Cherchésov. Pero la alegría y la goleada pueden ser insuficiente según lo que suceda en los próximos partidos de Rusia, contra el Egipto de Salah y el Uruguay de Luis Suárez, mucho más rivales que Arabia Saudí.