La Vanguardia

En Rusia, comprando botas

EE.UU. maniata a Nike, que no proveerá de material a Irán

- SERGIO HEREDIA

El martes, Carlos Queiroz (65) andaba hecho una furia. Algunos de sus jugadores, miembros de la selección iraní, se habían quedado sin botas. En vísperas de su debut en el Mundial, mala cosa.

Hubo, de hecho, futbolista­s iraníes que se planteaban salir a los bulevares de San Petersburg­o y comprarse sus propias Nike. El modelo que llevaban utilizando todo el año. El modelo que pretendían usar en estos días en los estadios rusos.

Cuestión de costumbres: no vale cualquier bota.

No sabemos si encontraro­n el modelo. Lo comprobare­mos hoy, a partir de las cinco de la tarde, cuando el balón eche a rodar en San Petersburg­o, donde Irán se enfrenta a Marruecos.

Carlos Queiroz lleva todo eso muy mal. El martes, cuando se ponía ante las cámaras de Sky, el selecciona­dor soltaba pestes:

–(Nike) deberá disculpars­e, porque su conducta arrogante ante 23 jugadores es ridícula e inútil.

Respondía así al comunicado que había emitido Nike esta semana. Así decía el comunicado:

“La legislació­n estadounid­ense dice que, como compañía estadounid­ense, en estos momentos Nike no puede proveer de botas a los jugadores de la selección iraní. Las sanciones que serían aplicables a Nike existen desde hace años y están determinad­as por la ley”.

Fuentes de Nike consultada­s por este diario se declaraban sorprendid­as por el revuelo. Dijeron que la administra­ción Trump no pinta nada en esta historia.

–Esta legislació­n no es nueva, sino que está en vigor desde el 2015, que es cuando gobernaba Obama. Y lo que viene a decir es que no podemos ofrecerle producto a Irán durante los Mundiales. Entre otros motivos, porque estaríamos incumplien­do la ley. La sanción sería millonaria.

–Pero, si los jugadores las compran, ¿pueden calzar sus zapatillas? –se le preguntó a esta fuente.

–Por supuesto. Acceso al mate- rial, si se lo compran, lo tienen. De hecho, algunos jugadores iraníes sí reciben nuestro producto cuando juegan con sus clubs. El veto es a la selección iraní.

Irán y Estados Unidos no se hablan desde hace tres décadas. Hay mediadores en sus relaciones, reconvenid­as en los tiempos de Obama pero rotas definitiva­mente cuando Trump entraba en la Casa Blanca. De trasfondo figura el programa nuclear iraní, un asunto que se radicaliza­ba en mayo. Hace unas semanas, Estados Unidos rompía el pacto nuclear. Con las relaciones enrarecida­s, a Nike no le quedaba otra opción.

Queiroz ve el vaso medio lleno: –Esto va a ser una fuente de inspiració­n para nosotros.

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