El FMI nubla la euforia económica de EE.UU. ante la guerra comercial
Si el miércoles Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed o banco central de Estados Unidos) mostró euforia por la economía de su país, el Fondo Monetario Internacional (FMI) secundó ese entusiasmo, aunque sólo en la distancia corta. El FMI atisbó nubarrones en el horizonte como consecuencia de la posible guerra tarifaria incentivada por el presidente Donald Trump.
El crecimiento continuará con fuerza este 2018 –se situará en el 2,9%, por encima del 2,8% de la última estimación de la Fed– y en el 2019 (2,7%). Pero la perspectiva del 2020 cae al 1,9%, en parte porque los impulsos fiscales pueden disparar la inflación e incrementar el déficit, abriendo la puerta a otra recesión, o por el súper poder que están logrando algunas corporaciones.
Además, los nuevos aranceles amenazan con “socavar el sistema del comercio global, instan a la represalia de otros países y dañan a la economía estadounidense”. Trump ha irritado a los aliados con sus medidas proteccionista, entre las que figuran la imposición de tarifas al acero y el aluminio a la Unión Europea o a sus vecinos Canadá y México.
“Esto hace probable que el conjunto del globo se aleje de un mercado abierto, justo y un sistema de comercio basado en reglas, con efectos adversos tanto para la economía de Estados Unidos como de sus socios comerciales”. El FMI insiste en su informe que un ciclo de represalias dañaría las inversiones a nivel nacional e internacional.
“Estados Unidos y sus aliados comerciales deben trabajar para reducir las barreras arancelarias y resolver el trato comercial y los desacuerdos en inversiones sin restaurar barreras tarifarias y no tarifarias”, reitera el documento. Añade el texto, luego remarcado por su directora Christine Lagarde en rueda de prensa, que “centrarse en niveles específicos o intentar equilibrar tratos bilaterales resultó contraproductivo”.