El Estado presta 7.500 millones para la extra de las pensiones
El Ejecutivo recurre otra vez a un préstamo y decide no tocar la mermada ‘hucha’
Los desequilibrios de la caja de la Seguridad Social no entienden de cambios de gobierno. Como ya había hecho la exministra Fátima Báñez, la nueva responsable de Trabajo, Magdalena Valerio, ha recurrido a 7.500 millones de euros prestados por el Tesoro Público para poder hacer frente a buena parte de la paga de julio de los pensionistas. A diferencia de ocasiones similares en los últimos años, el Ejecutivo no echará mano del esquilmado Fondo de Reserva de la Seguridad Social. La denominada hucha de las pensiones conserva poco más de 8.000 millones de euros, muy lejos de los 66.815 millones acumulados en el 2011, precisamente por haber tenido que ir compensando los compromisos de pago de las prestaciones mientras que las cotizaciones caían con fuerza.
Según recordó ayer la ministra portavoz, Isabel Celaá, el abono a las casi 9,6 millones de pensiones de la paga ordinaria de julio así como la extra de verano supone un desembolso global de 17.727 millones de euros. Celaá explicó que los 7.500 millones de euros forman parte de un préstamo de 10.192 millones concedido por el Estado a la Seguridad Social y recogido en la prórroga de los presupuestos del 2017. Por tanto, es la misma cifra que en el ejercicio anterior, cuando se agotó todo el montante entre junio y diciembre –y con el mismo objetivo de abonar las pagas extraordinarias– al usar 4.206 millones y 5.986 millones respectivamente. Además retiraron 3.514 millones del Fondo de Reserva en verano y otros 3.586 millones a finales de año.
Ante la progresiva reducción de la hucha de las pensiones, el año pasado el anterior Gobierno se inclinó por inyectar recursos a la Seguridad Social mediante un préstamo, un instrumento que ya se había utilizado a mediados de los 90 y que le daba la oportunidad de no ser los responsables de agotar el Fondo de Reserva. Las cuentas establecen que esta línea de crédito no tiene intereses y debería cancelarse, como máximo, en el 2028.
Por otro lado, de aprobarse definitivamente los presupuestos para este año, ahora en el Senado, la cantidad del préstamo fijado en las nuevas cuentas ascenderá hasta los 15.524 millones. Es decir, un 50% superior a lo previsto inicialmente para el 2017. Esta mayor cuantía permite seguir cubriendo la insuficiencia de los ingresos por cotizaciones a la Seguridad Social, al margen de la hucha de las pensiones. En el 2012, el Gobierno de Mariano Rajoy dispuso por primera vez del Fondo de Reserva y no dejaron de hacerlo hasta finales del año pasado, cuando apenas quedaban recursos para cubrir los desequilibrios entre ingresos y gastos de la Seguridad Social de otra paga extraordinaria. Hace seis años retiraron 7.000 millones, una cifra muy similar a la del 2017, aunque con la diferencia de que la economía llevaba creciendo durante cuatro años seguidos.
Los nuevos presupuestos prevén cerrar la Seguridad Social con un déficit de casi 17.000 millones de euros, al esperar un incremento anual de las cotizaciones del 5,4%, pero que se quedó en un 3,7%.
Sobre los necesarios cambios en los ingresos para el sistema, Valerio explicó esta semana que son partidarios de aliviar el peso del gasto que no tiene que ver con las pensiones contributivas, pasando a ser financiados con cargo a los presupuestos. La nueva ministra reconoció además que volver a la revalorización de las pensiones teniendo como referencia el IPC ha de implicar también una subida en los ingresos tributarios, ya sea con impuestos de nuevo cuño o con una subida de los tipos de algunos ya existentes.