La Vanguardia

Paul Manafort

- BEATRIZ NAVARRO Washington. Correspons­al

EX JEFE DE CAMPAÑA DE TRUMP

Una juez de EE.UU. ha ordenado el ingreso en prisión preventiva de Paul Manafort, ex jefe de campaña de Donald Trump, por haber contactado e intentado manipular a testigos para que mintieran en el caso Rusiagate.

Una juez federal ordenó ayer la entrada en prisión preventiva del abogado y empresario Paul Manafort, exjefe de campaña de Donald Trump durante las elecciones del 2016. “Ha traicionad­o la confianza que depositamo­s en usted hace seis meses”, le dijo la juez, Amy Berman Jackson.

Manafort se encontraba en régimen de arresto domiciliar­io en Virginia, monitoriza­do mediante una pulsera, a la espera de juicio, beneficios que le fueron revocados ayer después de que el fiscal especial, Robert Mueller, lo acusara de contactar e intentar manipular a testigos para que mintieran.

Él y su asistente, Konstantin Kilimnik, también investigad­o, enviaron mensajes a varias personas relacionad­as con el caso con la pretensión de que dijeran que nunca había hecho labores de lobby para políticos ucranianos prorrusos en Estados Unidos, como sostienen los fiscales, sino sólo en Europa.

Manafort es una pieza clave de la investigac­ión sobre la trama rusa en aquellas elecciones. Varios de sus colaborado­res se han declarado culpables de los cargos de los que se les acusa y están colaborand­o con la justicia. Manafort no. Ayer volvió a declararse no culpable de los cargos que pesan contra él, que incluyen conspiraci­ón, blanqueo de dinero, fraude fiscal y obstrucció­n a la justicia. Al término de la audiencia, fue detenido hasta que se celebren los juicios que tiene pendientes. El primero se celebrará a finales de julio en Virginia y el segundo, en la capital federal a mediados de septiembre, a sólo seis semanas de las elecciones legislativ­as.

La investigac­ión continúa pero por ahora ninguno de los cargos contra Manafort se refieren directamen­te al objeto de la investigac­ión –si la campaña de Trump aceptó ayuda rusa en las elecciones del 2016–, sino que tienen que ver con delitos relacionad­os con su actividad profesiona­l aparte. Manafort, asociado a Trump desde hace 30 años, trabajó cinco meses como presidente de su campaña presidenci­al pero tuvo que dimitir en agosto del 2016 cuando se supo que había defendido intereses prorrusos sin darse de alta como agente extranjero. Luego se supo que también había trabajado para un millonario ruso que quería mejorar la imagen de Vladímir Putin.

Trump criticó ayer la decisión de la juez de revocar la libertad vigilada a Manafort, restó importanci­a a su relación laboral con él rebajando falsamente el tiempo que trabajó en su campaña y destacando que, con anteriorid­ad, había representa­do a políticos como Ronald Reagan o Bob Dole. “No sabía que Manafort fuera el jefe de la mafia. ¿Qué pasa con Comey, Hillary la corrupta y todos los demás? ¡Es muy injusto!”, tuiteó tras conocerse la noticia.

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