Las dunas híbridas
Una de las principales áreas de trabajo del servicio de playas del AMB es mantener el nivel de calidad del litoral metropolitano sin renunciar a su esencia, el conjunto de características que dotan de identidad propia y natural a cada playa.
Una de las actuaciones que más éxito está teniendo a la hora de conseguir el objetivo de naturalizar las playas es la potenciación de las dunas. Estas acumulaciones de arena eran creadas por el viento de forma natural, hasta que la presión que genera el uso del espacio por parte de millones de ciudadanos anualmente empezó a reducir su altura y número.
La construcción y refuerzo de dunas híbridas, en su quinta fase, consiste en el mantenimiento de estas acumulaciones de arena fina. La barrera física natural que supone la estructura ofrece un elemento más de protección para conservar la superficie de la playa ante el avance del mar. Asimismo, evita las posibles inundaciones de zonas urbanas situadas en primera línea, provocadas por temporales y por el aumento del nivel del mar.
Uno de los trabajos de mantenimiento que se llevan a cabo anualmente para conservar las dunas híbridas es el de retirar cada año las plantas invasoras, favoreciendo así el crecimiento de especies autóctonas que son el hábitat de animales y otros vegetales de la zona. Además, estos últimos refuerzan la estructura gracias a que sus raíces penetran en la acumulación de arena. Las dunas híbridas protegidas están demostrando ser capaces de retrasar la pérdida de superficie de playa al tiempo que contribuyen a su naturalización.