Las mujeres viven de forma más saludable pero se ven más enfermas
La encuesta de salud suele ser una buena herramienta para comprobar que se fuma menos y se engorda más y que 8 de cada 10 ciudadanos está satisfecho de su estado de salud e incluso de los servicios que utiliza. Pero a veces aparecen paradojas que obligan a los gobernantes a estudiar mejor la situación y tomar medidas.
En la ESCA, la encuesta catalana de salud, del 2017 surge una: las mujeres ganan por goleada a los hombres en casi todos los mandamientos de una vida saludable: fuman mucho menos, siguen mucho mejor la dieta mediterránea, beben menos refrescos azucarados y muchísimo menos alcohol aunque hacen un poco menos de ejercicio físico y duermen menos horas. Pero en cambio, su salud percibida es mucho peor. Y además, tienen una prevalencia más alta de problemas crónicos y discapacidades.
“Tenemos que profundizar en qué ocurre”, afirmó la flamante consellera de Salut Alba Vergés en la presentación de estos datos. “Una hipótesis posible es que les cuesta más acceder a los servicios sanitarios a tiempo y se quedan siempre para la última visita. La salud no es únicamente los datos de los análisis y el diagnóstico. Hay otros muchos factores que influyen, desde la soledad a la sobrecarga pasando por las carencias y son factores difíciles de visualizar en las consultas”, apunta Cristina Nadal directora de Atenció Sanitària.
Ese sesgo de género vuelve a aparecer en los datos de salud mental. En las depresiones graves, por ejemplo, las mujeres las padecen en un grado muy superior a los hombres, más del doble.
La ESCA 2017 también pone de relieve el aumento del ocio sedentario en los niños y cómo un menor nivel socioeconómico y cultural de las familias influyen negativamente en los indicadores de estilos de vida saludable. El exceso de peso, el consumo frecuente de productos hipercalóricos, y el ocio sedentario han crecido en la última oleada, en comparación con años anteriores.
“Lo que también muestra la encuesta es que cuando se realizan intervenciones poblacionales hay un efecto claro de disminución de la desigualdad y que la capacidad de entender el autocuidado. lo que llamamos alfabetización sanitaria, es un objetivo importante para mejorar la salud colectiva”, añadió la consellera.
La encuesta de salud de Catalunya detecta también una brecha de género en las depresiones graves