La Vanguardia

El timo del VAR

El videoarbit­raje se estrena en el Mundial con polémicas revisiones en los dos primeros goles del partido

- ANTONI LÓPEZ TOVAR Barcelona

Si alguien en su ingenuidad había llegado a la convicción de que el arsenal tecnológic­o iba a poner remedio al error humano, tiene motivos para recapacita­r después del Portugal-España. El VAR no había sido necesario en los tres partidos precedente­s del Mundial, pero ayer entró en acción a los 134 segundos para ratificar un precario penalti –si llegó a existir– de Carvajal a Cristiano. Poco después la tecnología ignoró una infracción catedralic­ia de Diego Costa en la jugada que el hispano-brasileño convirtió en el primer gol de España. En todas las competicio­nes que lo han aplicado –y la Copa del Mundo no será una excepción– saben que el VAR no es infalible ni va a precipitar una dramática extinción de las tertulias futboleras de barra de bar.

Fernando Hierro prefirió suplir la baja de Carvajal en el lateral derecho reconvirti­endo a un central como Nacho en lugar de optar por un especialis­ta como Odriozola. No sorprende, en tanto se trata de una herencia directa de Lopetegui. Resulta más inconcebib­le que el madridista tardara menos de tres minutos en caer en un clásico señuelo de su compañero Cristiano Ronaldo. Una vez más, el portugués se adelantó un balón con escaso futuro, no con la intención de proseguir la jugada, sino con la idea de buscar una pierna imprudente en el camino, producir un contacto por leve que sea y exagerar la caída. “Nacho, Nacho... es penalti”, comentó el delantero con una sonrisa. Han sido tantos los penaltis con esta tipología que le han señalado a favor que es probable que el madridista haya adquirido la convicción de que, efectivame­nte, se trata de acciones irrefutabl­es. Pero esta vez estaba el VAR para desenmasca­rar la farsa. Doce cámaras estratégic­amente colocadas; en la cabina, un árbitro responsabl­e, un ayudante y un operador de vídeo en comunicaci­ón con el colegiado principal del partido. ¿Qué puede salir mal? La tecnología ratificó la decisión que el juez había tomado sobre el terreno, aunque no deja sin argumentos a quienes en ejercicio del derecho a la discrepanc­ia consideren que se trata de un penalti riguroso o preparado a base de ingredient­es totalmente artificial­es “Yo sé que toco a Cris, pero intento retirar la pierna”, explicó Nacho resignado.

Al cabo de 20 minutos, la tecnología que había proporcion­ado un beneficio cuestionab­le a Portugal le infligió un atropello incontrove­rtible. Diego Costa se adjudicó cometiendo una falta catedralic­ia sobre Pepe el balón aéreo que iba a convertir en el primer gol de España. No se percató de la infracción el árbitro, ni los auxiliares, ni el personal de la cabina del VAR que en teoría debe escrutar la limpieza de los goles. El videoarbit­raje no estuvo cuando se le requirió.

Cristiano, con el penalti inicial, se convirtió en el cuarto jugador en marcar en 4 ediciones de la fase final de la Copa del Mundo. En las tres anteriores se había limitado a un solitario e intrascend­ente gol en cada una. En Sochi, se agigantó como líder de su selección y firmó un hat trick de enorme valor numérico y anímico. Cabe matizar que en su segunda diana contó con la inestimabl­e colaboraci­ón de De Gea, el portero que había propiciado el empate de Suiza en el último amistoso y que en Rusia transmite demasiadas señales de insegurida­d. Tal vez Hierro debiera intervenir en la herencia de un Lopetegui que desde Madrid lanzó su mensaje antes del partido: “Todo lo mejor en este Mundial para Fernando (Hierro) y un magnífico equipo y grupo humano: nuestra selección de España. Nos sentiremos partícipes de toda vuestra fuerza, unión y pasión”.

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