Un autogol en el 95 da a Irán su primera victoria de los Mundiales

Irán debutó en junio de 1978 en el Mundial de Argentina cuando el régimen del sha aún daba sus últimos coletazos. La selección persa perdió dos partidos y empató uno. Tardó 20 años en repetir, ya con Jameini como ayatolá. Cayó en sus tres choques. Esa era la tónica habitual. Hasta ayer.

Al sexto Mundial, Irán celebró su primera victoria. No fue un triunfo fácil ni quizás merecido por el juego de Marruecos. Fue gracias a un gol feo, en propia puerta, y en el minuto 95. Pero en San Petersburgo se gritó como si valiese un título. La selección de Queiroz hizo historia.

Hubo que esperar a bien entrado el tiempo añadido cuando Ghoddos le sacó a Sofyan Amrabat una falta en la banda izquierda. Enseguida se la pidió Hajsafi, el 3, que tiene un cañón en su zurda y lo intentó varias veces desde la larga distancia. No la templó. Fue un centro chut buscando que alguien desviase el balón. Y quien puso la cabeza fue Bouhaddouz, que quiso despejar en el primer palo y acabó batiendo a su propio portero Munir, que en la primera parte ya había frustrado a Azmoun y Jakabakash en una doble ocasión.

Lo que nadie esperaba es que Bouhaddouz, que juega de delantero en el Sankt Pauli, el equipo más revolucionario de Europa, diese sin querer el primer triunfo a Irán.