La portavoz del Gobierno que busca la perfección
ISABEL CELAÁ COMPAGINA LA CARTERA DE EDUCACIÓN CON LA DE PORTAVOZ DEL EJECUTIVO DE PEDRO SÁNCHEZ. SUS COLABORADORES DESTACAN SU AFÁN POR LA EXCELENCIA Y SU EXPERIENCIA
Del exilio político a la primera plana mediática. La vida de Isabel Celaá (Bilbao, 1949) ha dado un giro de 180 grados en las últimas dos semanas. La veterana política vasca ha pasado de un cargo en la sombra, la presidencia de la comisión de garantías internas del PSOE, a tomar las riendas del ministerio de Educación y ser la portavoz del Gobierno de Pedro Sánchez. Incombustible y exigente, Celaá no está de paso. Esta catedrática de Literatura Inglesa tiene la misión de lograr un complicado Pacto Educativo y modificar la controvertida Lomce.
“Le oí la palabra excelencia hace bastantes años, cuando todavía no se utilizaba, y siempre la ha mantenido”, explica un antiguo compañero. La búsqueda de la perfección es una de las características en la que coinciden todos los que han trabajado con ella a lo largo de su dilatada carrera política, muy ligada siempre a la rama educativa, en la que se le considera una experta.
Licenciada en Filosofía, Filología Inglesa y Derecho y docente de profesión, la nueva ministra llega al puesto avalada por un amplio currículum y trayectoria. Diputada en el Parlamento de Vitoria entre 1998 y 2016, desempeñó distintos cargos en el ámbito de la Educación en los diferentes gobiernos de coalición PNV-PSE: alcanzó la jefatura de gabinete con José Ramón Recalde y fue viceconsejera con Fernando Buesa. Los atentados de ETA contra estos dos políticos marcan los peores momentos de su carrera política, especialmente el segundo, en el año 2000, cuando una bomba acabó con las vidas de Buesa y su escolta.
Casada y madre de dos hijos, en el 2009, bajo el mandato de Patxi López en Euskadi, fue nombrada consejera de Educación, cargo en el que estuvo toda la legislatura y en el que destacó su impulso del trilingüismo –castellano, euskera e inglés, lenguas que domina– en las aulas, una idea novedosa que ha acabado cuajando en el modelo educativo vasco. A su vez, derogó el currículum escolar del anterior Ejecutivo del PNV por su carga ideológica nacionalista e igualó euskera y castellano en un momento en el que la lengua vasca aparecía como preferente.
Un aspecto destacado de su personalidad es su talante didáctico, un rasgo conocido no sólo entre su gabinete sino también por los periodistas que han cubierto sus ruedas de prensa. “Es muy exigente consigo misma y con sus equipos”, indica un excolaborador, quien recuerda las interminables jornadas de trabajo. “Es de esos profesores que llevan las clases bien preparadas y los exámenes siempre corregidos al día”, destaca otro.
Firme defensora de la escuela pública, su perfil relacionado continuamente con el mundo educativo la diferencia de otros compañeros de partido con posicionamientos ideológicos más marcados. “Es socialdemócrata y muy socialista, pero alejada de las grandes proclamas; es más de llevarlo a la práctica con programas y proyectos para una educación pública que garantice la igualdad de oportunidades o impulsando comedores escolares para todos”, explica la misma fuente. Su prioridad, “la pluralidad en universalidad y gratuidad” de la educación.
Su primera rueda de prensa en Madrid como portavoz del Gobierno de Sánchez evidenció ese distanciamiento de las cuestiones más puramente políticas. En una comparecencia marcada por las incesantes preguntas sobre la crisis catalana, aplaudió al final el cambio de enfoque con una interpelación sobre Educación. “Es un descanso que me pregunten por mi cartera”, admitió ante todos los medios.
La tercera ministra vasca en 35 años tras Cristina Garmendia y Leire Pajín tiene ante sí el reto de defender al Ejecutivo de Sánchez desde la palestra y de conseguir un Pacto Educativo. Quienes la conocen no dudan de que puede lograrlo: “Tiene mucha experiencia en la gestión y está de vuelta, va a trabajar alejada de las prisas mediáticas”.
“Está de vuelta, va a trabajar alejada de las prisas mediáticas”, dicen los que conocen bien a la ministra