España acoge a los náufragos con dudas sobre su destino
El Gobierno decidirá caso a caso el futuro de los migrantes del ‘Aquarius’ La Generalitat valenciana y las oenegés piden que no se les deporte
España, y València, cumplieron ayer con su compromiso. Los 629 migrantes náufragos de la flotilla del Aquarius alcanzaron el puerto de València repartidos en tres buques. Todo el operativo de acogida y recepción, que duró 12 horas, funcionó como un reloj, y a media tarde los hombres, mujeres, algunas de ellas embarazadas, y jóvenes, la mayoría menores de edad, fueron atendidos en todas sus necesidades. España y València ofrecieron ayer una lección incuestionable de solidaridad y humanidad a todo el mundo.
Con la operación, se cierra una crisis humanitaria que comenzó el pasado fin de semana, cuando los migrantes fueron rescatados ante las costas de Libia y quedaron atrapados a bordo del Aquarius, navío de la oenegé francesa SOS Méditerranée, después de que Italia y Malta les negara el acceso a sus puertos.
A pesar de que ya están en lugar seguro, persisten las dudas sobre el futuro que espera a estos migrantes, entre los que hay subsaharianos, asiáticos y magrebíes. El Gobierno español les concedió nada más pisar tierra un permiso de estancia de 45 días, a pesar de que el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, había anunciado el sábado que esta autorización sería de un mes.
De hecho, según fuentes de Médicos sin Fronteras (MSF), a todos los náufragos se les informó de que una vez en tierra rellenarían tres formularios: uno para solicitar una estancia de 45 días en España, otro para pedir asilo en España y un tercero para pedirlo en Francia. A partir de ahora se inicia un complejo proceso jurídico sobre el que el Ejecutivo de Pedro Sánchez no aclara su conclusión, con el riesgo de que si se les aplica la ley de Extranjería puedan ser en un futuro no lejano deportados a sus países de origen.
La ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio, dejó claro ayer que esta operación tenía como objetivo rescatar y salvar a estar personas como un gesto de “humanidad”. Pero advirtió también, al igual que hizo Ábalos, que se deberá estudiar “caso por caso” para conocer quiénes tienen derecho a acogerse al estatuto de refugiados y quiénes no. El titular del Ministerio de Fomento señaló que tras el permiso concedido se les aplicaría la ley “sin excepciones”.
No es esta la opinión de la Generalitat Valenciana ni de las organizaciones como Cruz Roja o MSF, que defienden que, al tratarse de una operación de rescate, es decir, de una decisión política para salvar a unas personas, no se les puede aplicar la ley de Extranjería. “Ellos no han venido a València por decisión propia, los hemos rescatado y traído”, es el argumento de estas oenegés.
En principio, el derecho de asilo se suele conceder por proceder de un país en conflicto armado (como es el caso de Siria o Yemen) o por demostrar un caso de persecución individual que ponga en riesgo la vida del solicitante (por ejemplo, por ser homosexual en un país donde esté criminalizado). Esto complica las esperanzas de, sobre todo, los migrantes procedentes de los países del Magreb (como Marruecos o Argelia). En la flotilla del Aquarius unos 40 son magrebíes. Si se deniega la solicitud, la persona inmigrante puede acabar en un centro de internamiento de extranjeros (CIE), o recibir directamente la orden de expulsión del país.
Desde la Generalitat Valenciana se señalaba que “sería intolerable que viéramos a algunos de estos migrantes entrar en un CIE”. Ayer, además, un grupo de personas se manifestó en el puerto de València, justamente, para exigir que ninguno de ellos y ellas sea internado.
“Gracias, gracias, gracias”. Era ayer la palabra más repetida, en diferentes idiomas, por los migrantes del Aquarius. Los niños y las mujeres, además, cantaban, a pesar de su enorme agotamiento, y se abrazaban a todos los efectivos de acogida. Escenas que provocaron lágrimas entre los casi mil miembros de la Cruz Roja que los atendieron. La primera atención fue médica, y en
Escenas de emoción en el puerto valenciano, donde los migrantes llegan en buen estado pero muy agotados
general llegaron agotados, estresados y desesperados, pero en buen estado, con algunos problemas de salud, pero ninguno grave. Algunos fueron trasladados a hospitales, especialmente las embarazadas, pero estas fuentes advertían que “más por precaución que por detectar nada grave”. Uno de los datos evidentes es que muchos llegaron sin calzado, lo que obligó a desplazar con rapidez al puerto zapatos para todos.
El primer barco en atracar, a las 6.45 h de la madrugada, fue el Datillo, con 274 migrantes a bordo. El Aquarius, la nave emblema de la flotilla, con 106 pasajeros, alcanzaba el puerto de València a las 10.45 h, y el tercer buque, el Orione, con 250 migrantes, atracaba a las 13.15 h. La llegada escalonada de los tres barcos se había programado para ofrecer una mejor atención individualizada de los náufragos. Todos los migrantes habían abandonado ya el puerto antes del anochecer. En total, 2.300 personas, entre sanitarios, policías, traductores y voluntarios, participaron en el operativo de València.
Casi 600 medios de comunicación, entre españoles e internacionales (principalmente italianos y franceses), siguieron en directo la operación coordinada por el centro de emergencias de la Generalitat. El secretario general de la Federación Internacional de Cruz Roja y Media Luna Roja, Elhadj As Sy, declaraba a La Vanguardia su esperanza de que la decisión de València y España “sea una buena oportunidad para ver un gran ejemplo de solidaridad, un buen ejemplo de expresión de humanidad y un ejemplo sobre cómo debe actuar Europa”. “Hoy España ha dado un gran gesto al mundo”.
Eljadj As Sy exigió que Europa cambie de actitud y comience a tratar la inmigración de manera conjunta y adaptada a la realidad. “hay en el mundo más de sesenta millones de refugiados y gran parte de ellos miran a Europa, porque Europa es su esperanza”. Además, mostró su esperanza en que el próximo Consejo Europeo que se celebrará los días 21 y 22 de junio “se aborden las políticas para tratar la inmigración
La operación fue un éxito, y al anochecer todos los migrantes estaban ya bajo cobijo tras 8 días de travesía
y no para estar en contra”.
La respuesta española encontró eco el sábado en Francia, que ofreció toda su ayuda para acoger refugiados del Aquarius. El director en España de MSF, Daniel Noguera, advertía también de que el ejemplo de humanidad visto en València debía “despertar conciencias y acometer en Europa con rigor esta enorme problema que sufre tanta gente”.
Al cierre de esta edición, todos los migrantes de la flotilla estaban ya bajo cobijo. Unos, los menos, en centros hospitalarios, la mayoría en albergues, y los menores, en centros especiales habilitados por la Generalitat Valenciana. El Ejecutivo de Ximo Puig ha solicitado que los niños se queden todos en la comunidad. La pesadilla para ellos ha finalizado.