Atraco al ministro
Sajid Javid, titular británico de Interior, confiesa que le robaron el móvil con el método de moda en Londres: el tirón en motocicleta
Al Gobierno de la primera ministra británica, Theresa May, no le llegan más que noticias que minan un poco más su credibilidad. En unos días en que habían amainado los reveses sobre el Brexit, ha emergido como un géiser el debate sobre la seguridad en la calle. Y con un protagonista de excepción. El recientemente nombrado ministro del Interior, Sajid Javid, máximo responsable en la lucha contra el crimen, confesó ayer que hace unos dos meses unos cacos le robaron el teléfono móvil en plena calle y cerca del centro de la ciudad.
“Sucedió en un abrir y cerrar de ojos –explicó Javid–. Estaba saliendo de la estación de Euston, cogí el móvil para pedir un taxi. El teléfono estaba acabado de estrenar. Antes de que me diera cuenta de lo que estaba pasando, se había esfumado. Llegaron en una moto, lo pillaron y desaparecieron”, comentó el ministro en una entrevista a The Sun on Sunday. Para ser exactos, a Javid le robaron pocos días antes de ser ministro del Interior, cuando era titular de la cartera de Vivienda, Comunidades y Gobierno Local. “Estaba enrabietado, pero al mismo tiempo me consideré afortunado por no haber sido acuchillado o golpeado de mala manera como muchas otras víctimas que caen en las garras de estos criminales”, dijo.
Lo que le sucedió al ministro se ha convertido en el delito de moda en Londres: unos motoristas se dedican al tironeo que, si hace falta, conlleva violencia, bien con pistola o incluso machete. El lunes pasado, Michael McIntyre, un conocido actor inglés, sufrió el ataque de unos motoristas que le rompieron la ventana de su coche y le robaron un reloj mientras llevaba a sus hijos al colegio en el barrio de Golders Green, norte de la ciudad. Ese mismo día, una mujer de 24 años tuvo que ser hospitalizada por los golpes que le propinaron unos tironeros en moto, informaba ayer la BBC.
La antecesora de Javid, Amber Rudd, que dimitió en abril por otro menester, ya tomó cartas en un asunto que a la cúpula de la Met, la policía metropolitana, se les va de las manos. Sus propios cálculos indican que en el 2012 se registraron 827 tirones en la ciudad, mientras que el año pasado la cifra rondaba los 23.000. La policía ha podido atajar este tipo de crímenes en las calles del West End, pero no en las tres las arterias comerciales más importantes de la ciudad: Oxford Street, Regent Street y Bond Street, donde tienen sede las marcas más lujosas del mundo y las galerías de arte más poderosas. Son tres calles por las que pasean cada año 200 millones de visitantes.
Estadísticamente es improbable no sólo que el ministro del Interior recupere su móvil, sino que se resuelva su caso, pues en el Reino Unido sólo se aclaran un 5% de estos sucesos. Más deberes si cabe para el máximo responsable del orden público en el país.