El regreso del Cóndor soviético
Uno de los gigantes del aire, el avión de carga An-124, al que llamaron Ruslán cuando se diseñó en época soviética, dejó de fabricarse hace 14 años. Ahora Rusia quiere volver a producirlo en serie. Varias son las voces en Moscú que aseguran que el proyecto tiene muchas posibilidades, aunque las sanciones internacionales y la suspensión de la colaboración técnico-militar con Ucrania podrían dejarlo en tierra.
El avión fue diseñado en la década de 1980 por la ahora compañía ucraniana Antónov, aunque Rusia sostiene que el país vecino no tiene la exclusividad para fabricar el aparato. “Los aviones de clase superpesada como el An124 tienen una gran demanda en todo el mundo. Dos tercios de ellos se fabricaron en la ciudad rusa de Uliánovsk, y hoy la prioridad es mantenerlos en servicio”, ha explicado Alexéi Rogozin, vicepresidente de aviación de transporte en la United Aircraft Corporation y director general de la aeronáutica Iliushin. “Si hablamos de volver a producirlo, es muy difícil, pero es una tarea que se puede solucionar”.
Con una capacidad máxima de 150 toneladas de carga, los Ruslán se han utilizado para transportes especiales. Como cuando en 1993 Michael Jackson llevó a Moscú un equipaje de 310 toneladas en tres An-124. O como el obelisco de Aksum, 160 toneladas de granito que Italia se llevó de Etiopía en 1937 como trofeo de guerra y que devolvió el 2005 en tres viajes.
En el 2011 estos gigantes del aire llevaron a Japón una bomba de hormigón fabricada por la empresa alemana Putzmeister para ayudar a enfriar los reactores del accidente nuclear de Fukushima. También han transportado cohetes espaciales e incluso la OTAN, que le da el nombre de Cóndor a este tipo de remolque aéreo, lo ha contratado para el transporte de helicópteros o tanques.
El jefe de la aviación de transporte militar ruso, Vladímir Benedíktov, también ha dicho este mes que el plan está sobre la mesa. El interés del Ministerio de Defensa ruso es evidente. La experiencia en la guerra de Siria demuestra que, con la ayuda de los Ruslán y los también aviones de carga Il-76, Rusia fue capaz de transportar en dos días toda la maquinaria y personal militar necesario a varios miles de kilómetros de distancia.
Si Rusia lanza la producción lo más probable es que el Ruslán cambie de nombre. “La aviónica y los trenes de aterrizaje experimentarán cambios, tendrá diferentes motores. El An-124 será la base, pero esencialmente nacerá un avión distinto”, explicó Yuri Sítnik, miembro de la comisión presidencial para el desarrollo de la aviación.
En cuanto se han conocido las intenciones de Rusia, Ucrania ha reaccionado. Primero, reclamando que la oficina de diseño Antónov es la única con derecho a construir y renovar los aviones que llevan su nombre, y segundo, asegurando que Rusia carece de los elementos técnicos necesarios para que el Ruslán remonte el vuelo.
Los planes para volver a producir el Ruslán no son nuevos. Rusia y Ucrania, una con la fabrica de Uliánovsk y otra con la de Kíev, se pusieron de acuerdo para su realización en el 2008. Pero en el 2014 todo se detuvo debido a las tensiones políticas .
“Sólo la empresa que ha elaborado la aeronave, es decir, Antónov, tiene los conocimientos técnicos y la información necesaria para mantener un diseño unitario”, ha indicado un portavoz de la empresa ucraniana. El Ruslán es el cuarto avión más grandes del mundo y el segundo entre las naves de carga. Entre estas últimas sólo le supera el único An225 Mriya en activo, una variante del Ruslán que fue concebido en 1985 para poner en órbita el transbordador soviético Burán. Tras la desintegración de la URSS y cuando el programa del Burán se canceló, Ucrania paralizó la construcción de un segundo An-225. El 2016 la ucraniana Antónov llegó a un acuerdo con Pekín para completarlo y vendérselo a la Corporación China de la Industria Aeroespacial.
Ucrania heredó la fábrica Antónov tras el fin de la URSS en 1991. En la actualidad, hay 52 Ruslán en activo en todo el mundo. Rusia es quien tiene mas unidades, con 16 pertenecientes a sus fuerzas aéreas y 12 propiedad de la aerolínea de transporte privada Volga-Dnepr.
Rusia quiere reanudar la producción de uno de los aviones más grandes del
mundo
Los legendarios An-124 han llevado un obelisco, las maletas de Michael Jackson y cohetes