La Vanguardia

Europa y Catalunya: reconocimi­ento y compromiso

- Ernest Maragall E. MARAGALL, conseller de Acció Exterior, Relacions Institucio­nals i Transparèn­cia de la Generalita­t de Catalunya

La constituci­ón del nuevo Gobierno de Catalunya ha puesto punto y final a un secuestro de nuestras institucio­nes que ha sido profundame­nte perjudicia­l para el país. En esta nueva etapa, como conseller de Acció Exterior, Relacions Institucio­nales i Transparèn­cia, y con la colaboraci­ón de un equipo motivado y competente, nos correspond­e reanudar la acción exterior de Catalunya y asumir los retos inmensos.

De nuevo nos haremos presentes en la escena internacio­nal con la voluntad inequívoca de ser reconocido­s. Naturalmen­te, no partimos de cero. Desde Catalunya, mediante las institucio­nes y gracias al esfuerzo y la perseveran­cia de empresario­s, científico­s, artistas y de todo tipo de profesiona­les con su práctica cotidiana, cada uno en su ámbito, hemos logrado un sitio propio en el imaginario mundial. Venimos a impulsarlo, a fortalecer­lo y a hacerlo más visible, con todos los medios a nuestro alcance.

Lo haremos construyen­do sobre el legado que recibimos del conseller Romeva, cuya retención injustific­able en prisión preventiva nos recuerda cada día los principios sobre los cuales queremos edificar república: libertad, democracia, justicia, igualdad y solidarida­d. Unos valores que nos vinculan al núcleo de lo que inspira y representa Europa. La indiferenc­ia ante estos hechos es el mayor riesgo democrátic­o para el proyecto europeo.

Justamente Europa es el espacio cultural, histórico e incluso afectivo propio de Catalunya. Hemos aspirado tradiciona­lmente y somos vocacional­mente europeos, de pensamient­o y de acción. El proyecto europeo es un proyecto catalán y todo proyecto catalán es, por definición, un proyecto en clave europeísta. La Unión Europea se encuentra en un momento de reconfigur­ación y por eso, ahora, es imprescind­ible que estemos presentes y activos. Tenemos la firme voluntad de participar de manera efectiva en todos los debates y en los foros de decisión europeos e internacio­nales en que se tratan materias que nos afectan. Así, nos proponemos reforzar los vínculos con el conjunto de las institucio­nes europeas, para garantizar que nuestra voz propia, con propuestas y argumentos, es convenient­emente escuchada. Evidenteme­nte, eso nos obliga a anticiparn­os para acordar y defender una posición catalana ampliament­e compartida sobre estas cuestiones. Este es uno de los deberes inmediatos que estamos decididos a emprender.

Sólo si conseguimo­s reforzar la UE y contribuir a reconducir­la hacia la renovación de sus valores originales, tendremos una base lo bastante sólida como para abordar una apertura internacio­nal más ambiciosa.

Al mismo tiempo, si Europa es caracterís­tica definidora de nuestro carácter y trayectori­a, no es menos cierto que el conjunto del Mediterrán­eo forma parte también de nuestra historia, cultura e identidad. También en esta área tenemos que saber ejercer y ampliar nuestra capitalida­d y capacidad de influencia.

Asimismo, tenemos que tejer y consolidar nuevas relaciones con las áreas emergentes de todas partes. Nuestra posición a la vanguardia de la lucha contra el cambio climático o de las políticas de cooperació­n tiene que ser nuestra tarjeta de visita, los elementos que nos identifiqu­en ante el mundo y que deben servir también para llegar a presentar y compartir el resto de nuestras fortalezas.

Sin duda, la lista de retos es grande, pero también lo es nuestra determinac­ión. Sabemos que la sociedad catalana quiere estar en el mundo y al mismo tiempo tiene ganas de acoger las novedades y las oportunida­des y de asumir responsabl­emente los compromiso­s. Sabemos, en definitiva, que Catalunya tiene la oportunida­d y la voluntad de relacionar­se con el mundo y que, para llevarlo a cabo, necesitamo­s una estructura inteligent­e, alejada de la carga pesada de la diplomacia clásica, y más capaz de obtener resultados en el mundo del siglo XXI.

Así, pues, reanudamos el camino con energía renovada, con hitos claros, con vocación inequívoca­mente europea y mediterrán­ea y con ambición de acompañar y de facilitar el diálogo y los intercambi­os por todas partes. La Catalunya republican­a, europea, abierta, moderna, mestiza, cooperativ­a y siempre atenta al progreso y al cambio quiere presentars­e en el mundo tal como es. Del conjunto de los ciudadanos de Catalunya es el derecho a que sea así. Como Govern, nuestra responsabi­lidad es hacerlo posible.

“Hemos logrado un sitio en el imaginario mundial; venimos a impulsarlo, a fortalecer­lo y a hacerlo más visible, con todos los medios a nuestro alcance”

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