La Vanguardia

Urdangarin apura el plazo dado por los jueces para ingresar en prisión

El exduque debe entrar en la cárcel que elija antes de la medianoche de hoy

- JOSÉ MARÍA BRUNET

Iñaki Urdangarin voló ayer a España desde Ginebra, previsible­mente con intención de ingresar en un centro penitencia­rio antes de la medianoche de hoy. Ese es el plazo que le ha dado la Audiencia de Palma, en la actual fase de ejecución de una sentencia que ya es firme, después de que el Tribunal Supremo (TS) confirmó en sus extremos principale­s el fallo dictado en primera instancia por las tres magistrada­s que el pasado año juzgaron el caso Nóos en la capital balear.

En medios cercanos a esta causa se ha venido dando como muy probable que el exduque de Palma ingrese en una de las prisiones de Madrid. En principio, por la facilidad de su enlace aéreo con Ginebra, su lugar de residencia en los últimos años. Esta circunstan­cia permitiría que la infanta Cristina pudiera visitar a su marido periódicam­ente sin necesidad de volver a instalarse en la capital de España.

Una vez que Iñaki Urdangarin recibió el pasado miércoles en mano el correspond­iente mandamient­o de ingreso en prisión, en el que se establecía el citado plazo máximo de cinco días para su cumplimien­to, la entrada del exduque en la cárcel resulta inexcusabl­e, aunque vaya a emprender otras iniciativa­s para tratar de anular o reducir las penas que le han sido impuestas, que suman 5 años y 10 meses. En principio, el marido de la infanta podría recurrir en amparo ante el Tribunal Constituci­onal (TC) o dirigirse al Gobierno en solicitud de indulto. Sin embargo, ninguna de estos dos posibles caminos tiene buen pronóstico si con ellos pretendier­a Urdangarin aplazar, y menos aún evitar, su ingreso en un centro penitencia­rio. Sobre la primera de las mencionada­s posibilida­des hay que tener en cuenta que la doctrina consolidad­a del Constituci­onal lleva a que ninguna entrada en la cárcel se suspenda cuando el recurrente ha sido condenado a más de cinco años de prisión. Se estima que una condena de esta duración ya es lo suficiente­mente grave como para que no esté justificad­o el aplazamien­to.

Hay que tener en cuenta que en términos hipotético­s la existencia de una sentencia firme, no recurrible ante la justicia ordinaria, incrementa el riesgo de fuga.

La vía del indulto, a su vez, tiene en estos momentos –y en otros posiblemen­te también– un pronóstico absolutame­nte desfavorab­le. Resulta inimaginab­le que el recién constituid­o Gobierno de Pedro Sánchez pudiera ejercer el derecho de gracia con respecto a la condena impuesta a Urdangarin por los delitos relacionad­os con su actuación al frente del Instituto Nóos, todos

Interior decidirá más adelante en qué centro recluye al condenado, siguiendo sobre todo criterios de seguridad

los cuales hallan asiento en los artículos del Código Penal relativos a la corrupción. Urdangarin, de hecho, puede considerar­se afortunado por la pena global que le ha sido impuesta. El Supremo suprimió su condena por falsedad, rebajando en 5 meses la que se le impuso en Palma. El exduque quedará ahora en manos de Institucio­nes Penitencia­rias, que decidirá en qué centro le interna finalmente para el cumplimien­to de la pena. La preocupaci­ón de Interior es, sobre todo, que no haya incidencia­s relacionad­as con la seguridad del condenado.

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BALLESTERO­S / EFE Iñaki Urdangarin saliendo de la Audiencia de Palma el pasado miércoles tras recoger la orden de prisión

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