El siglo de las luces
La central de Camarasa, la más avanzada de su época y origen de la huelga de La Canadenca, cumple 100 años
En 1941, el escritor Josep Carner Ribalta, intelectual vinculado a Francesc Macià y Lluís Companys, vive su exilio en Nueva York escribiendo una novela. Sícoris, biografía de un riu català, es una reconstrucción novelada de los episodios que culminaron con la construcción de la presa y la central hidroeléctrica de Camarasa, de la que ahora se cumple el primer centenario. No fue la única de las centrales construidas a principios del siglo pasado, pero sí la más destacada por los avances tecnológicos aplicados (fue la más alta de Europa hasta 1924) y contribuyó decididamente a la industrialización catalana, pero también fue el origen de la movilización obrera que culminó con la conquista de la jornada de ocho horas.
Aquellos episodios marcaron profundamente el paisaje de Camarasa y su historia. Cien años después, el ayuntamiento de este pequeño pueblo de La Noguera, en colaboración con la Fundación Endesa, ha organizado la exposición Camarasa 1917–1923. Temps d’avenços tecnològics i lluita obrera, situada en el interior de la central, en la que se explican dos ámbitos fundamentales de la infraestructura: los procesos tecnológicos de su construcción y los aspectos sociales relacionados.
Según la historiadora Dolors Domingo, comisaria de la muestra, se usó por primera vez un tipo de hormigón reforzado para abaratar el proyecto. La construcción, afirma, “generó un impacto territorial, en las formas de vida y en las comunicaciones de la comarca. El pantano resultante detuvo las aguas del Noguera Pallaressa y un pequeño pueblo fluvial, Oroners, quedó sumergido bajo las aguas”, afirma. La exposición lo recuerda sin olvidar que el pueblo ribereño, según la novela de Carner Ribalta, era parada obligatoria para aquellos hombres esforzados que se jugaban la vida bajando grandes troncos de madera río abajo. Con Camarasa se acabaron los raiers. Dolors Domingo explica que se eligió el paso más estrecho, el Pont del Diable, donde muy pronto se coronó una presa de gravedad de planta curva de 92 metros de altura sobre el cauce del río y más de 100 metros de cimientos, 218.000 m3 de volumen de hormigón. A escasos metros aguas abajo de la presa se instaló la central, con cuatro grupos generadores equipados con turbinas y una potencia máxima de 56.000 Kw.
La construcción de la central y la presa estuvo promovida por Riegos y Fuerza del Ebro, filial de Barcelona Traction Light and Power Company Limited, fundada por Fred Stark Pearson y conocida popularmente como La Canadenca. Los miles de obreros necesarios para llevar a cabo el proyecto pronto se organizaron para reclamar mejoras en las condiciones de seguridad, horarios y salarios. La gran huelga de La Canadenca se originó aquí, para luego saltar hacia Barcelona.
Camarasa está muy ligada a los orígenes de Endesa y al desarrollo económico de Catalunya. Entre 1912 y 1940 se construyeron doce centrales en el eje de los ríos Flamisell, Noguera Pallaresa y Segre. Generaban el 60% de la electricidad que se consumía en el área de Barcelona. Nueve están en el Pallars Jussà, dos en la Noguera y una en el Segrià. Actualmente la infraestructura mantiene sus cuatro grupos hidráulicos con una potencia total de 60 megavatios.
Una exposición en la propia instalación repasa sus orígenes y la repercusión social de su construcción