Objetos con vida propia
El Museu de la Inmigració explica la memoria a través de piezas cotidianas
En el año 2004 se abrió el Museu d’Història de la Immigració de Catalunya (MhiC) en Sant Adrià del Besòs sin una colección propia. Su directora, Imma Boj, lo explica diciendo que sólo la memoria oral y los testimonios llenaron aquella maleta vacía.
Uno de los objetivos fue incorporar a las personas que habían protagonizado los procesos migratorios. Los recuerdos y la memoria –fondo inmaterial– se convertían en piezas museográficas, en patrimonio. En el año 2008 el MhiC incorporó también un vagón del Sevillano, el tren que utilizaron miles de ciudadanos en su éxodo desde el sur de España hacia Catalunya. Desde entonces, cuando se recogen nuevos testimonios se acompañan también de fotografías y de objetos cotidianos que pasan a engrosar la colección permanente. Y ahora una selección de estos objetos ha dado paso a un libro en doble versión, de bolsillo y de edición más esmerada, para difundir no sólo los fondos del museo sino lo que se esconde tras cada uno de estos objetos. La memòria dels objectes silenciats es el título de este libro que quiere ser un catálogo siguiendo aquella idea del “museo imaginario” de André Malraux que invitaba a cada visitante a hacer su propia colección de obras.
Este libro selecciona treinta y dos objetos, a veces sin ningún valor más allá del sentimental. Puede haber desde una gabardina a un hiyab, de una armónica a una máquina de escribir. Pero cada objeto tiene una historia.
COMO UN CATÁLOGO
El centro de Sant Adrià del Besòs publica un libro que recoge la historia de 32 objetos
LA PIEZA MÁS RELEVANTE
El año 2008 ya se incorporó al museo un vagón del ‘Sevillano’, el tren de los inmigrantes