Comunión escénica
El catalán reivindica en la gala “libertad para los presos políticos y de expresión”
En la presentación de los premios Max, el presidente de la SGAE, José Miguel Fernández Sastrón, recuerda unas palabras de la dramaturga libanesa Maya Zbib: “En una cultura global del miedo desenfrenado al otro, de aislamiento y soledad, estar presentes juntos es un acto de amor”.
La libertad de expresión se coló anoche por la puerta grande en los premios Max, los grandes premios del teatro español, organizados por la Fundación SGAE. En la gala que tuvo lugar en Sevilla y que ganó la vasca Solitudes hubo numerosas reivindicaciones, pero quizá la más sonora fue la que hizo el actor y director catalán Julio Manrique al ganar el premio al mejor director del año por L’ànec salvatge, de Ibsen, que se vio en el Teatre Lliure. Manrique quiso compartir el premio, ante el enorme auditorio del Cartuja Center CITE, “con el Lliure y con todos los que sumamos esfuerzos para contar una historia sobre la verdad y la mentira con la que Ibsen trataba de desafiarnos a pensar libremente, enfrentándonos a nuestros prejuicios y contradicciones”. En ese sentido, dijo, “tal vez el teatro pueda servir para afirmar la libertad de pensamiento” y pidió la “libertad para los presos políticos y libertad de expresión para todos,
Joan Yago, de La Calòrica, ganó como autor revelación y pidió la derogación inmediata de la ley mordaza
sin prejuicios y sin mordazas”, concluyó entre grandes aplausos.
Justamente otra compañía catalana, La Calòrica, había reivindicado la libertad de expresión al principio y al final de la gala. La Calòrica fue premiada por el mejor espectáculo revelación del año y por el mejor autor revelación, Joan Yago, por Fairfly, que disecciona con acidez y humor el mundo laboral y la idea de que la solución es ser emprendedores, jefes de nosotros mismos. El director del montaje, Israel Solà, denunció la precariedad con la que trabajan las jóvenes compañías y reivindicó “la libertad de expresión en la cultura, porque un país democrático no puede permitir que el gobierno use leyes de forma aleatoria para apartar cualquier pensamiento distinto del que él opina. Y como dijo Rosa Luxemburg, para defender la libertad hay que empezar defendiendo la libertad de los demás”. Yago pidió la derogación inmediata de la ley mordaza. Fueron momentos sonados de una gala presentada por la actriz y humorista Cristina Medina –popular por la serie La que se avecina– que tuvo energía, humor y decibelios en abundancia y a la que acudió el nuevo ministro de Cultura, José Guirao. Una gala en la que otros de los premios de la noche fueron a parar a los actores Nacho Sánchez, por Iván y los perros ,yPilar Goméz, por Emilia, mientras que en danza Daniel Abreu ganó tres premios y Eva Yerbabuena fue la mejor intérprete femenina.