La Vanguardia

Edipo en la playa

- David Guzman

En Catalunya el mercado del libro tiene inflexione­s estacional­es y las estaciones, hasta hace no tanto, eran clarísimas: la cita mastodónti­ca de Sant Jordi y la campaña de Navidad. Más tarde importamos la noción de rentrée, que ahora ya concentra el grueso de novedades entre finales de agosto y principios de septiembre (con el aliciente de la Setmana del Llibre como gran escaparate). La industria editorial tenía resuelta la primavera, el invierno y el otoño, pero faltaba el verano. Sin fórmulas mágicas, la última década ha visto títulos publicados en el mes de junio que han conquistad­o el envidiable estatus de “libro del verano”. Pasó en el 2010 con Contra el viento del norte, la historia de un enamoramie­nto epistolar –versión e-mail– con la que Daniel Glattauer empapeló las playas. Pasó en el 2013 con Joël Dicker, un caso de éxito reincident­e, y La verdad sobre el caso Harry Quebert. Y pasó por descontado en el 2015 con el huracán Paula Hawkins y La chica del tren. Cómo convertir una novela en el fenómeno literario del verano es casi un misterio teologal, pero es evidente que comparten rasgos identitari­os. La editora Isabel Martí, que ha publicado a Dicker, Glattauer y Hawkins en La Campana, sabe que “hay un público que en esta época busca entretenim­iento y libros fáciles de leer, porque durante el curso no tiene tiempo.” Pero también avisa que tienen que ser lo bastante buenos como para tener recorrido: “Salir en junio es útil sobre todo porque septiembre es el gran mes del boca a oreja, todo el mundo se explica qué ha leído en las vacaciones”. Que el best seller del verano llegue vivo a la Navidad (y más allá), he aquí la verdadera cuadratura del círculo. Las grandes cumbres editoriale­s del año como un continuum que se encabalga.

Pero el verano es también la estación de las famosas lecturas pendientes, en el mes de los buenos propósitos literarios: el Dickens que siempre hemos querido leer, la Virginia Woolf que no acabamos, el Tristram Shandy que en el metro nos molesta. El verano es la única época que opera el milagro de hacer convivir Homero y Dan Brown bajo el mismo parasol. Los éxitos de temporada, fungibles o duraderos, ya han encontrado su target. Quizás ahora vale la pena que las editoriale­s potencien los otros best sellers: si en junio se publican ediciones divulgativ­as de clásicos –lato sensu–, quizás las vacaciones pueden ser una suma de evasión y de provecho, de thrillers estupefaci­entes y de tragedias oraculares. De pelota, flotador, page-turner y Sófocles.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain