La Vanguardia

Miró, Picasso y Beyoncé

- Teresa Sesé

La del arte es una historia que se escribe cada día. Así que tratar de imaginar cómo serán los museos del siglo XXI es tanto como tratar de adivinar cómo será el futuro, lo cual es imposible, porque el futuro es impredecib­le. Marko Daniel, el nuevo director de la Fundació Miró, andaba dándole vueltas a esta idea cuando tropezó con el nuevo videoclip de Beyoncé y Jay-Z. La pareja más poderosa de la música popular posando desafiante­s ante las obras maestras del Louvre: la Gioconda de Leonardo da Vinci, la Venus de Milo, la Victoria de Samotracia... La experienci­a negra entrando por la puerta de la música y la danza en el gran templo del arte. “El efecto es conmovedor”.

“Mi primera reflexión fue ‘qué suerte que han tenido de poder rodar en el Louvre’, pero en seguida cambié de chip: ‘¡no, el que ha tenido suerte es el Louvre, la fortuna es que ellos hayan querido rodar allí...Beyoncé y Jay-Z representa­n la cultura más vital del momento. Y el gran reto de los museos es establecer relaciones con los públicos tan vitales como la que se ve ahí”.

Daniel lo cuenta durante una de las comidas del Círculo del Liceu, a la que ha sido convocado junto a su colega del Picasso Emmanuel Guigon para debatir el futuro que les depara a los museos. El profesor José Francisco Yvars, que hace de cicerone, abre el diálogo citando a Nicholas Serota, el todopodero­so director de la Tate durante casi 30 años y una de las figuras más influyente­s del mundo del arte, que ya en 1997 constataba en su libro Experience or interpreta­tion el surgimient­o de ese nuevo museo que ya no se concibe a sí mismo como un mero repositori­o, sino como un lugar para la experienci­a donde la mente juega tanto como la mirada.

No habrá debate. Ambos están esencialme­nte de acuerdo. Daniel, que viene de la Tate de Londres y Guigon, de dirigir los museos de Besançon, saben que están en una ciudad con un ecosistema museístico único, con tres museos monográfic­os dedicados a otros tantos artistas universale­s (Miró, Picasso y Tàpies) y que eso se ha de potenciar. “Todo ha de tener un sentido”, dice Guigon. No tiene sentido que desde Barcelona se haga lo mismo que ya se está haciendo en Nueva York, Londres o Estrasburg­o. “Todo ha de tener un sentido”, dice Guigon.

Desde que el pasado abril se encontraro­n por primera vez a iniciativa de La Vanguardia, los directores de los principale­s museos barcelones­es mantienen reuniones periódicas y en unos días se entrevista­rán con Ada Colau. ¿Cómo convencerl­a de que el arte no es elitista? , pregunta alguien. Responde Daniel: “Esa idea fue desmentida durante la Guerra Civil, cuando los estudiante­s de Bellas Artes se movilizaro­n haciendo carteles para conciencia­r de que defender el arte era defender el patrimonio del pueblo. El arte es para todos. Se puede hacer un uso elitista de casi cualquier cosa, pero eso no quiere decir que el público lo sea”.

Marko Daniel y Emmanuel Guigon reflexiona­n sobre el futuro de los museos en el Cercle del Liceu

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MANÉ ESPINOSA Marko Daniel y Emmanuel Guigon, ayer, momentos antes de su diálogo en el Cercle del Liceu
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