Dios salve a Kane
Con dos goles del capitán, Inglaterra empieza a olvidarse del fiasco de Brasil 2014
“Aprendimos las lecciones del pasado. Para este equipo el pasado no es una carga psicológica porque es un grupo fresco”. Gareth Southgate, el seleccionador inglés que tomó las riendas de un equipo roto tras el fiasco de la Eurocopa 2016, lograba ayer en el debut mundialista empezar a vencer a la historia reciente. El objetivo es olvidar la pesadilla de los últimos concursos internacionales de los pross: la debacle de Niza ante Islandia (que los eliminó en octavos de la Euro’16) y el nefasto Mundial 2014, en el que Inglaterra se marchó de Brasil tras la primera fase sin ganar ni un partido. De Rusia Inglaterra ya no se irá de vacío. Ha empezado bien gracias a su estandarte e ídolo: su príncipe Harry Kane.
Liderada por su delantero centro, el referente de esta renovada selección, Inglaterra ha ganado por lo menos en frescura, en movilidad y rapidez. De aquel equipo que sucumbió con Islandia hace dos veranos sólo quedaban en el once inicial cuatro jugadores (Sterling, Walker, Delle Alli y Kane). La savia nueva aporta descaro, se despliega por las bandas vertiginosamente, presiona, toca en rondos al más puro estilo guardiolista, abre el campo y tiene veneno arriba, sobre todo con el que aporta el delantero del Tottenham, una de las estrellas de la Premier. Un buen lavado de cara.
De Kane fue precisamente el 0-1, a los 11 minutos, gol de pescador con la caña a punto, al recoger un rechace del portero tunecino a remate de cabeza de Stones en un córner servido por Young. En esa volada espectacular a la cruceta, Hassen se dañó el hombro izquierdo, que ya tenía dolorido de una jugada anterior, y tuvo que ser sustituido. Doble contratiempo norteafricano al cuarto de hora.
A partir del gol, Inglaterra pisó el acelerador y amplió su dominio, pero sin puntería. Maguire de cabeza, Dele Alli a las nubes, un palo de Lingard... Ni una fue adentro. Pero sí que acertó Túnez, o más bien la pifió la selección de los tres leones con un regalo defensivo, en una de las pocas aproximaciones de las Águilas de Cartago. Walker abrazó a Fakhreddine Ben Youssef cuando se daba la vuelta y Sassi no falló desde los 11 metros. Vuelta a empezar para los de Southgate. Volvía el fantasma de Islandia, el de Brasil...
Fue entonces cuando Southgate se acordó de España, de lo mal que lo había pasado en el último amistoso contra Túnez en Krasnodar (1-1). Y de Argentina, otro grande que sufrió en su estreno ante los vikingos. Por no hablar de los campeones alemanes contra México... Estrenos angustiosos que Inglaterra estaba sufriendo en su piel.
Lo intentaba a balón parado para superar la tupida defensa tunecina. Primero Trippier (69), luego Young (79), ambas altas. Se le escapaba el tiempo a Soutghate, que se temía el empate... Hasta que volvió a aparecer con la caña el oportuno Harry Kane. En el tiempo añadido, en un córner calcado al del primer gol, Maguire cabeceaba y Kane, al segundo palo, giraba el cuello para introducir el balón y dar la victoria. Dos remates, dos goles. En la Euro’16 no marcó ninguno en 4 partidos.