La Vanguardia

El pelotero del green

Frustrado jugador de béisbol, Brooks Koepka brilla en los Majors

- RAMÓN ÁLVAREZ

Si pudiera volver a empezar volvería a elegir el béisbol, 100% seguro”. Brooks Koepka, el golfista que acaba de hacer historia en el Abierto de Estados Unidos al adjudicárs­elo por segundo año consecutiv­o, no tiene ningún tipo de reparos en reconocer que su pasión por el béisbol está por encima de cualquier otra gloria, por alta que sea. Una lesión de rodilla, sin embargo, lo apartó del diamante para abocarlo en el green. Tras probar con los palos por casualidad vio que tampoco se le daba nada mal.

“El golf es mucho más aburrido”, llegaba a reconocer tras su victoria de hace un año en Erin Hills (Wisconsin). Esta vez ha sido más comedido, y tras perderse el último Masters de Augusta por una lesión de muñeca que lo tuvo tres meses apartado de los campos, no dudó en declarar su amor por el golf después de repetir victoria. “Durante ese tiempo no pude prepararme, perdí competitiv­idad y lo eché de menos, porque haces muchos amigos”. Su entrenador, Claude Harmon III, reveló que ese había sido el punto de inflexión: “Siguió el Masters por televisión en lugar del inicio de las Grandes Ligas y se enamoró definitiva­mente de este deporte”.

Convertido en un sorprenden­te e inesperado especialis­ta en Majors, este inusual golfista de 28 años y físico de gimnasio suma a estos dos Abiertos otra cuarta plaza en el mismo torneo (2014), un T4 y un T5 en el Campeonato de la PGA y un T6 y un T10 en el Abierto Británico. Todo ello en sólo cinco años. Su secreto no es otro que un potente drive en el tee y en los pasillos, como si las maderas fuesen bates de béisbol, y una sorprenden­te determinac­ión en el green. “Eso lo hace diferente”, considera Harmon. Lo suficiente para presentar un juego alternativ­o ante rivales más previsible­s y en condicione­s como las que se han dado en Shinnecock Hills (Nueva York), que sus principale­s rivales no dudaron en definir como impropias de esta competició­n.

Koepka se adaptó tanto al difícil recorrido de la tercera jornada como a la alfombra que acabaron plantando los organizado­res tras las críticas para la última y definitiva jornada. Unas facilidade­s que llevaron al británico Tommy Fletwood a firmar un recorrido de 63 golpes que igualó al más bajo de la centenaria historia de la competició­n. Koepka se mantuvo firme, y su extraordin­aria versatilid­ad le ha llevado a ganar hace un año con un histórico 16 bajo par, igualando el mejor resultado del Abierto, y éste con un +1.

Libre tanto de la mística como de los complejos que acompañan al golf –y a todos los deportes–, este joven de Florida ya rompió moldes al iniciarse profesiona­lmente en el Challenge Tour europeo, algo impensable para cualquier estadounid­ense. Fue así cómo su primera victoria le llegó en el Challenge de Catalunya de 2012 que se disputó en el Golf La Graiera de Calafell.

SÓLO DOS PRECEDENTE­S

El joven de Florida ha hecho historia al adjudicars­e el torneo por segundo año consecutiv­o

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ROSS KINNAIRD / AFP Koepka posa con el trofeo que lo acredita como ganador del título que se ha disputado en Shinnecock Hills

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