El Espanyol ficha a Paulí Ribera
Dicen que la realidad supera la ficción. Y la historia de Paulí Ribera así lo demuestra.
Haré un pequeño flashback para explicar cómo se fraguó la campaña de abonos para la próxima temporada del RCD Espanyol. Estratégicamente, se había decidido construir un mensaje positivo en torno al hecho de ser españolista. Queríamos ensalzar la determinación de ser perico, porque que nadie lo dude, es un ejercicio de voluntad. Y es que, reconozcámoslo, serlo exige más y mayor obstinación que ser culé.
Queríamos afirmar que nadie se hace fan de un club de fútbol por antagonismo, aunque tras serlo, ese sentimiento puede aflorar por la rivalidad. Además, en clave global, nos costaría mucho argumentarlo. Buscando cómo explicar esta determinación, encontramos un dato que nos llamó la atención: en municipios lejanos a Barcelona, había abonados únicos. Uno en un pueblo recóndito de Lleida. Un segundo cerca de Francia. Otro perdido en el Penedès. Imaginarnos a esas personas, recorriendo esos kilómetros, domingo tras domingo, para ver jugar a su equipo, para sufrir con él… eso representaba a la perfección esa voluntad perica que queríamos ensalzar. Ese era el mejor ejemplo para los españolistas que dudaban sobre si hacerse socios o no. Empezamos a llamar a esos seguidores, uno tras otro. Todos ellos tenían historias. Unas emocionantes, otras sorprendentes, otras insólitas... Pero la de Paulí nos pareció mágica. Cuando le llamamos advirtiéndole que éramos del Espanyol, nos contestó: “Vaya coincidencia. Les acabo de escribir una carta y salía para llevarla a Correos”. ¿Qué ponía en su carta? “No podré seguir yendo al campo la temporada que viene, pues tengo 86 años y voy a ingresar en una residencia. No me lo tengan en cuenta, porque yo seguiré siendo perico toda la vida, pero créanme, la edad no perdona”. Esperamos a recibir la carta, condición sine qua non para que Paulí nos abriera la puerta de su casa, y fuimos a Agramunt a conocerle. Allí comprobamos que ningún guion publicitario hubiera transmitido lo que él relata. Sus vivencias, sus anécdotas, y su carta, que Paulí lee en el anuncio, explican, al pie de la letra, el eslogan que firma la campaña: “Som pericos, i ho som perquè volem”.