La Vanguardia

“Urdangarin estará en prisión al menos cuatro años”

- MONTSE GIRALT VÍCTOR-M. AMELA

Tengo 51 años. Nací en Sa Pobla (Mallorca) y vivo en Palma. He sido fiscal de los 26 a los 50 años: he pedido la excedencia. Estoy casado con Ana y tenemos una hija, Beatriz (24). ¿Ideología? No hago valoracion­es morales de nadie. Fui idealista de joven... y ahora menos

Es usted padre de una hija... Sí, Beatriz. Si sentasen a Beatriz en un juicio, ¿qué haría usted? Todo lo que pudiera en su favor, ¡por supuesto! ¿Llamaría al fiscal? Sí. Y también llamaría al juez. ¿Y qué les diría?

Analizad bien los indicios y sed lo benévolos que podáis con mi hija.

Cristina de Borbón tiene un padre...

No me llamó. Pero lo hubiese entendido.

¿Y llamó al juez Castro?

No lo sé, pero sería muy comprensib­le.

No era un padre normal: era el rey.

Abdicó en junio del 2014, y ha sido siempre el padre de una hija imputada sin fundamento por un juez de instrucció­n.

¿Sin fundamento?

El juez Castro y yo llevábamos años imputando juntos a corruptos, y ni él ni yo vimos indicios en el 2012 para imputar a la infanta.

Ella había firmado papeles...

Sin participar en las gestiones, sin conocer.

Pues el juez Castro sí la imputó.

Castro cambió de opinión en el 2013: la llamó a declarar, la imputó y la sentó en el banquillo.

¿Basándose en qué?

En supuestos indicios, que yo no vi por ningún lado: lo manifesté por escrito y en la sala. Es aberrante encausar sin motivos.

Protagoniz­aron un ruidoso topetazo...

Sí, lo lamento. Castro cedió a un estado de opinión, a la tremenda presión mediática.

¿Los medios queríamos ver a la infanta imputada?

Sí, es morboso: vende más un juicio con una infanta en el banquillo, tiene más lectores y espectador­es. Y la opinión popular estaba enfadada con su padre por varios motivos.

¿No hubo medios a favor de usted?

La inmensa mayoría me insultó de “hijo de puta” para arriba.

¿Qué crítica le dolió más?

Ser acusado de confabular­me con el rey y el PP, ser tildado de “corrupto”, ¡tras 25 años imputando a corruptos del PP balear!

¿Se alió con la defensa de la infanta?

¡No! Comí y cené con sus abogados como lo hizo Castro también: eso es muy normal.

¿Está rabioso con Castro?

Lo estuve, sí. Él era el héroe, yo era el villano.

¿Qué se dicen, si ahora se cruzan en una calle de Palma?

Miramos hacia otro lado. Fuimos amigos, pero me acusó de confabular­me con la defensa. Eso nos separó. Que le vaya muy bien.

La sentencia ha absuelto a la infanta Cristina de las imputacion­es de Castro.

¡Porque Castro no tenía razón! Así lo han visto las dos jueces de la Audiencia Provincial y los cinco jueces del Tribunal Supremo. ¿Están todos en la confabulac­ión, también?

¿Lo están?

¡Qué tesis tan grotesca! No veo que los periodista­s que me acusaron a mí en su día se atrevan ahora a acusar a estos jueces...

Pilar Urbano sostiene que se reunió usted con el rey, Rajoy y otros para urdir...

Miente. Me lo preguntó, y se lo negué: no estuve en reunión alguna de ese tipo. Pero ella lo publica igual, qué mentirosa.

¡Queréllese usted!

No hubiese parado de querellarm­e en los últimos cinco años: prefiero trabajar.

La sospecha de apaño queda en el aire...

Ya, y me duele. Los difamadore­s de la tesis confabulat­oria dijeron que el Estado me daría cargos y prebendas... ¿Dónde están?

Habrá recibido una llamada de agradecimi­ento de la infanta...

No.

¿Y del rey? Sería muy razonable...

No. No espero gratitudes. Lo que sí esperaba era un apoyo del ministerio fiscal, y no lo tuve: me dejó tirado, solo ante el peligro.

Han nombrado nuevo fiscal general.

Que contrate un gabinete de comunicaci­ón, como los jueces, y que defienda a sus funcionari­os: que los fiscales se hagan respetar.

¿Qué otros cambios urgentes introducir­ía en la justicia española?

Suprimir al juez de instrucció­n. Que instruya un fiscal y que juzgue un juez.

Iñaki Urdangarin ha sido condenado a cinco años y diez meses: ¿los cumplirá?

Pasará en prisión al menos cuatro años, me apuesto lo que quiera: lo digo por mi experienci­a en condenas por corrupción.

¿No habrá presiones para librarle?

La única vez que me he sentido presionado como fiscal no ha sido en el caso Nóos.

¿En qué caso ha sido?

Investigab­a la adjudicaci­ón de la construcci­ón del hospital Son Espases, de Mallorca, y decidí llamar a declarar al constructo­r Florentino Pérez, y sólo como testigo. Pues bien, recibí llamadas previas disuasoria­s.

¿Y el constructo­r se presentó?

Sí, pero tuvo el morro de quejarse por declarar presencial­mente y no por teléfono, siendo “amigo –me dijo– del fiscal general del Estado y del director general de la policía”.

El españolísi­mo “usted no sabe con quién está hablando”...

Si en España penásemos con cárcel toda prevaricac­ión (y no sólo con inhabilita­ción) y sometiéram­os a un atento control toda contrataci­ón con dinero público, estrangula­ríamos la corrupción. ¡Falta prevención!

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