Austria trata de liderar un eje contra la inmigración en el corazón de Europa
Kurz busca apoyos en Baviera e Italia para el cierre de fronteras en la UE
Hace sólo una semana, de visita oficial en Berlín, el canciller conservador de Austria, Sebastian Kurz, anunció junto al ministro del Interior de Alemania, el socialcristiano bávaro Horst Seehofer, la formación de un eje antiinmigración Berlín-Viena-Roma, aplaudido en la distancia por el tercer conchabado en la iniciativa, el titular italiano de Interior, Matteo Salvini. Objetivo: trabajo colegiado a nivel de Ministerios del Interior en favor del cierre de fronteras a migrantes. La canciller de Alemania, Angela Merkel, en plena disputa migratoria con el partido de Seehofer, la socialcristiana CSU, que quiere una política de asilo más restrictiva, tuvo que pechar con el puenteo.
Ayer en Linz (Austria), la ofensiva de Sebastian Kurz por liderar una respuesta dura a la cuestión migratoria adquirió nuevos tonos en vista de la cumbre de la UE de los días 28 y 29, que vendrá precedida de un encuentro informal de países implicados en los flujos migratorios, este domingo en Bruselas, que se celebra a ruego de Merkel. Austria asume la presidencia rotatoria de la UE el próximo 1 de julio, y su Gobierno de coalición de conservadores y ultraderecha ha dejado claro que su prioridad será el endurecimiento de la política de asilo.
En un ejercicio de aislamiento de la canciller alemana, Kurz retocó ayer los parámetros del Achse der Willigen (eje de los dispuestos), que se convirtió abiertamente en un eje Munich-Viena-Roma. En efecto, Kurz se reunió en Linz con el presidente regional de Baviera, el socialcristiano Markus Söder, en un “inusual Consejo de Ministros”, como lo definió el diario austriaco Der Standard en su edición digital.
“Hemos llegado a un punto en que la postura de la mayoría de países va en la dirección correcta, la mayoría cree que la apertura de las fronteras exteriores no es el camino”, dijo a la salida Kurz, quien sentenció sobre los migrantes: “No todos tienen derecho a vivir en Europa”. Söder subrayó que “hay una actitud común en el espíritu”, que cada vez más países europeos la comparten, y que por tanto se aproxima “un vuelco en la política de asilo”, según recogía en su digital el diario austriaco Die Presse.
Sebastian Kurz, a sus 31 años el gobernante más joven de Europa, prometió que apretaría en la UE por una actuación rápida en la materia, aunque dio plazo hasta septiembre. Kurz alabó la idea de crear centros de migrantes en países extracomunitarios para decidir allí las peticiones de asilo, pero alertó de que si la UE acaba por no crear esos Schutzzentren (centros de protección, así los llama), Austria sí lo hará. “En ese caso, tendremos que ver cómo Estados individuales podemos empezar esos proyectos juntos en pequeños grupos; en Austria hemos tenido conversaciones preliminares con Dinamarca y otros países pequeños”, aseguró.
Mientras tanto, ayer en Roma se encontraban otros tres jugadores clave de este partido: el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini (de la ultraderechista Liga), su homólogo austriaco, Herbert Kickl (del ultraderechista FPÖ), y el vicecanciller de este país, Heinz-Christian Strache, presidente del mismo partido. Los tres mostraron una sintonía ya expresada en las redes sociales, y celebraron que la “fuerte amistad” que les une haya permitido una reunión con tal celeridad. Coincidieron en que la UE debe invertir en reforzar la policía de fronteras, y pasar a una política “activa” contra los traficantes de personas.
“Necesitamos un ‘eje de los dispuestos’. Yo quiero una revolución copernicana en el sistema de asilo; la población ya lo percibe como normal, pero debemos meterlo en la cabeza de la Comisión Europea”, aseguró el austriaco Kickl, ante la sonrisa del italiano en la rueda de prensa posterior en el palacio del Viminal. “El aire en Europa está cambiando”, corroboró Salvini.
Preguntado por qué ocurrirá en el tiempo en que se creen los hot spot con las naves que operan el Mediterráneo, el ultraderechista italiano no tuvo ningún problema en responder que es el momento de “los que no colaboran”, señalando específicamente a Francia y España.
Habrá algún desencuentro, sin embargo, en esta triple alianza de ministros del Interior. Sobre la propuesta del ministro alemán, Horst Seehofer, de repatriar a los migrantes a los países de entrada en la UE, Salvini fue tajante: “Estamos dispuestos a dar (migrantes), no a recibir más”. En Linz, en cambio, se pasó de puntillas por la posibilidad de que Baviera devuelva migrantes a Austria, y se fió todo al “fortalecimiento de la cooperación entre ambas policías”, en palabras del bávaro Söder, muy satisfecho de tratarse de tú a tú con el prometedor Kurz.
EN PAÍSES EXTRACOMUNITARIOS Kurz avisa de que si la UE no crea los centros externos de migrantes, Austria sí lo hará
TRABAJO PARALELO EN ROMA El italiano Salvini se vio con los austriacos Strache y Kickl, todos ellos de ultraderecha