Àngels Margarit
DIRECTORA MERCAT DE LES FLORS
La directora de la casa de la danza de Barcelona advierte de la necesidad de que el Mercat se convierta en productor de piezas de gran formato para que creadores e intérpretes locales puedan aspirar a coreografías que requieren mayor presupuesto.
Àngels Margarit está dispuesta a que el Mercat de les Flors dé un paso adelante y produzca coreografías de gran formato. Que no se limite a coproducir y respaldar a compañías y artistas como ha hecho hasta ahora, sino que actúe para evitar que las únicas piezas grandes que ve el público sean siempre las que llegan de fuera. De ahí que, a pesar de no contar todavía con un contrato-programa –el anterior acababa en julio del 2017 y la situación política ha impedido sentarse a firmar el siguiente–, la directora del Mercat ha decidido iniciar el proyecto piloto Cèl·lula.
“Serán distintos laboratorios, cada uno con un objetivo, y las producciones pueden ser de aquí o internacionales, como sucede con gente como Marina Mascarell o Roser López, que trabajan fuera. Se trata de que intérpretes y artistas de aquí puedan ambicionar el gran formato. Veremos cómo anda los próximos dos o tres años. De momento presento a Albert Quesada como primer invitado, con una pieza (Flamingos) de 8 intérpretes, que es para lo que ahora mismo hay capacidad”, dijo Margarit. Y volvió a su mensaje clave: “El Mercat no sólo ha de ser la casa de la danza, sino la casa del artista, un lugar de creación, cultura y conocimiento”. ¿Hay presupuesto para ello? Es la pregunta del millón, pues desde los recortes salvajes que sufrió el Mercat en el 2012 el presupuesto no ha crecido. La temporada 2018-19 será de 4,63 millones, cuando lo óptimo, asegura la responsable del Mercat, sería 6 millones. “Si no hay crecimiento tendremos que bascular para llevar adelante el Cel·lula”, zanja. El incipiente proyecto, en todo caso, no forma parte de la producción nacional del Pla Integral de la Dansa de la Generalitat.
“Una compañía nacional no soluciona los problemas –advierte Margarit–. En este país sucede que se han hecho y se hacen cosas interesantes, pero se hacen y se deshacen sin que quede un tejido. No se ha dado impulso y residencias a los artistas. No puede ser que una sola cosa lo solucione todo, de manera que propongo un proyecto más flotante e itinerante. Y si hubiera más presupuesto se podrían fijar estructuras, pero de momento son móviles, es decir: no una sola compañía, sino estructuras no fijas”, insistió.
Margarit expuso su plan durante la presentación de la temporada 2018-19, en la que habrán colaboraciones con el MNAC, el Macba y la Sala Hiroshima, así como un festival IDN Plus en homenaje a quien fue su directora, la fallecida Núria Font, o unos talleres para “espectadores activos”. Entre los impresionantes internacionales que se verán en el Mercat cabe citar Venezuela (del 21 al 24 de febrero), esto es, la última pieza de Ohad Naharin antes de dejar la Batsheva Dance Company tras 28 años como director artístico. También 10.000 gestos, del francés Boris Charmatz, a quien se dedica una constelación, comenzando por esta pieza con 24 bailarines que hacen hasta diez mil gestos sin repetirse (9 y 10 de marzo). También de él se verá Flip Book, una suerte de reposición libre de Merce Cunningham, y 20 bailarines para el siglo XX en colaboración con el Macba, una pieza que se ha visto en la Tate y el Moma y en la que se recogen veinte coreografías representativas, desde Balanchine al presente, al tiempo que se muestran en paralelo obras del museo que corresponden al mismo periodo.
Otro imprescindible será Achterland (del 27 al 30 de marzo), un clásico de Anne Teresa de Keersmaeker (uno de los que plagió Beyoncé en su famoso vídeo) que la coreógrafa belga repone el próximo año y que Margarit no ha dudado en programar. Y para incunable, Panoramix (en abril), una nueva pieza distinguida de La Ribot en la que la artista mira en retrospectiva hacia los años noventa y esas tres décadas que lleva dedicada al formato. Y se ocuparán diversas salas con instalaciones suyas y se verá Laughing Hole.
Otros protagonistas de las constelaciones para profundizar en determinados artistas serán Jorge Dutor y Guillem Mont de Palol, y el colectivo Big Bouncers, con coreógrafos como Iris Heitzinger, Françoise Boillat, Joao Lima, Cecilia Colacral y Anna Rubirola. Y entre los nombres de casa, tendrán pieza Thomas Noon, La Veronal, Roser López Espinosa, Asun Noales, Vero Cedonya y Jesús Rubio Gamo.
“Una compañía nacional no soluciona los problemas, hay que impulsar la creación de piezas grandes”, afirma