Bendita locura
Lugar y fecha: Sala Apolo (19/VI/2018) Animal Collective
Allá por el año 2003, a los chicos de Animal Collective las cosas les iban en plan ni fu ni fa. Su trabajo –tanto el colectivo como sus carreras individuales– no les permitía aún vivir completamente de la música. Hasta que los dos motores de la cosa, Panda Bear (nacido Noah Lennox) y Avey Tare (David Portner en el registro civil) se sacaron de la chistera Sung Tongs, álbum aparecido en 2004. Obra de resultados notables tanto en lo crematístico –consiguieron sus primeros contratos en Europa y hasta colocaron un tema del disco en Los Simpsons– como en lo artístico, considerando la desbordante creatividad de un trabajo difícil de situar estilísticamente. Llamémosle freak folk, o quizá pop atómico, para ir haciéndonos una idea del camino de experimentaciones e inspiraciones que los dos artistas estadounidenses emprendieron en la construcción del registro que nos ocupa.
Casi quince años después –y siendo ya Animal Collective una indiscutible referencia de la aristocracia indie–, Panda Bear y Avey Tare pasaron por Barcelona en el contexto de gira mundial consagrada a recrear Sung Tongs. Armados con guitarras acústicas, bombo, percusiones electrónicas y cacharrería adicional, desgranaron un temario de pura, y bendita, locura. Un verdadero viaje en el que nuestros protagonistas ligaron puntos de inflexión como los juegos vocales al borde del abismo de Kids on holiday, la cadencia africana del arranque de Sweet road, y la desbordante intensidad de Don’t believe the pilot, hilvanada ya en las postrimerías de su brillante comparecencia. Los melismas orientales que marcaron el principio del bolo, el recurrente scat infantiloide, y saludables dosis de lisergia selvática, fueron incrementando el catálogo de virtudes de una propuesta siempre en la cuerda floja y, por eso mismo, fascinante.