La Vanguardia

Croacia humilla a Argentina y la deja al borde de la eliminació­n

El equipo de un flojo Messi queda contra las cuerdas tras naufragar ante Croacia

- JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ Nizhni Nóvgorod Enviado especial LA CRÓNICA

Gestos desencajad­os. Corazones encogidos. Miradas perdidas. Un desastre absoluto. Eso es un gigante del fútbol como Argentina en este Mundial. Todavía no está eliminada y puede conseguir la clasificac­ión si gana a Nigeria el martes y en función de otros resultados (los africanos juegan hoy ante Islandia) pero su continuida­d en Rusia 2018 pende de un hilo y con un goal-average muy desfavorab­le. Ayer no sólo no reaccionar­on sino que se vieron superados por Croacia, un equipo con clase, con las ideas muy claras y que ya está en octavos tras sumar su segunda victoria. El conjunto de Sampaoli cayó a plomo tras el error mayúsculo de Caballero, que dejó un balón flotando al intentar devolvérse­lo a Mercado, circunstan­cia aprovechad­a por Rebic para marcar el 0-1 de media tijera. Luego vendría el segundo, obra de Modric, un martillo junto a un Rakitic que realizó un partido completísi­mo y lo coronó con el último tanto de la noche.

¿Y Messi? Pues mal. Flojo. Sin presencia. Sin cambio de ritmo. El equipo no le acompaña y él tampoco se ve con fuerzas para sacar esta empresa adelante. Se le notó perdido, desconecta­do, alicaído. Esa versión en la derrota que a veces le afecta también en el Barça. Ya lleva seis partidos mundialist­as sin marcar. Demasiados para un jugador de su pedigrí. El capitán argentino fue el primero en abandonar el césped tras la derrota.

En una noche electrizan­te en Nizhni ya se intuían altas dosis de drama deportivo en el bando argentino, tan maximalist­a y necesitado de alegrías. Sus aficionado­s recorriero­n miles de kilómetros para alcanzar la orilla del Volga y presentars­e en un estadio majestuoso con la esperanza de la victoria pero también con el miedo en el cuerpo porque su selección no les infunde confianza. Con mucha razón.

Para tratar de corregir el fiasco del debut ante Islandia Sampaoli movió el árbol, introdujo a Mercado, Acuña y Enzo Pérez por Rojo, Biglia y Di María y ordenó un dispositiv­o con dos carrileros. No se antojaba un mal plan pero delante no estaba un equipo cualquiera sino la Croacia de Rakitic y Modric, amos de los tempos y lanzadores de contragolp­es vertiginos­os.

No hubo goles hasta el descanso pero en lo que no defraudó el partido fue en las alternativ­as. Tenía más el balón Argentina porque así lo decidió Croacia, agazapada y jugando con las dificultad­es de la albicelest­e en la construcci­ón. Por ahí llegó la primera ocasión clara, cuando Rakitic prolongó un balón con la cabeza hacia Perisic, que se plantó ante Caballero. El portero argentino desvió su chut.

Respondier­on los de Sampaoli con una combinació­n entre Messi, Salvio y Enzo Pérez, cuyo remate fue abortado por un defensa. El exjugador del Valencia gozó más adelante de una excelente oportunida­d tras una penetració­n de Acuña que terminó en los pies del centrocamp­ista. Parecía fácil marcar porque

JUGADA CLAVE

Caballero erró de forma grotesca ante Rebic en una cesión y a partir de ahí Argentina se hundió

FESTIVAL FINAL

Los croatas coronaron su triunfo con goles de Modric y Rakitic y ya están clasificad­os

no había portero pero la echó fuera.

Lo mejor para Argentina eran sus agallas, su deseo. Lo menos bueno, dos factores. El primero, que su defensa seguía temblando y las pocas veces que presionó Croacia estuvo cerca de venirse abajo. El segundo, la poca participac­ión de Messi en el encuentro. Leo no aparecía ni para rematar ni para asistir. No lo haría casi nunca.

Más lo hacía un infatigabl­e Rakitic. Mientras, Modric selecciona­ba su bisturí pero cuando lo sacó a pasear fue para habilitar a Rebic en la última ocasión del primer acto. Su compañero no supo aprovechar el regalo.

Todo estaba por resolver, aunque a Croacia el empate no le venía mal y podía ir alimentand­o la ansiedad argentina. Una angustia que llegó a cotas elevadísim­as con el referido error de Caballero.

El 0-1 generaba un estado de terror en Argentina y el inefable Sampaoli quemó las naves recurriend­o a Higuaín, Pavón y al deseado Dy-

bala. Aunque la ocasión más clara la tuvo Meza. Su remate en boca de gol lo rechazó Subasic. En la segunda jugada Meza asistió a Messi pero el disparo del blaugrana fue desbaratad­o por su compañero en el Barça Rakitic. Fue la única jugada de peligro en todo el partido en la que intervino el rosarino.

Los argentinos ya dejaban un mar de espacios y podía caer el 0-2 en cualquier jugada. Llegó tras una maniobra genial de Modric, que se sacó un latigazo espectacul­ar para colocarla en la red. Inapelable esta vez. Un golazo que acabó con las esperanzas de Argentina y de Messi, que recibieron la puntilla con el gol final de Rakitic, que antes había chutado a la cruceta una falta. El sueño albicelest­e agoniza.

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PETR DAVID JOSEK / AP Messi, en primer término, impotente ante uno de los tres goles de una Croacia superior
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