Banderas de sus padres
En el Mundial de 1982 participé en la ceremonia de inauguración celebrada en el Camp Nou. Alumnos de los Salesianos de Horta y de las Llars Mundet hicimos unos una paloma en el centro del campo que se transformó en un balón de futbol (eso se pretendía sin demasiado éxito), y otros llevábamos la bandera de una selección participante. Me tocó la de Colombia.
Jordi Roda tiene en su despacho una fotografía de aquel día. Su padre se encargaba del negocio de distribución y venta de banderas y repartió aquellas del Mundial de España. Las que llevábamos. También sirvió banderas para las previas de los Juegos Olímpicos de Barcelona (incluido el Mundial de atletismo). Fue conjuntamente con una empresa de Holanda porque era imposible aquel alto nivel de confección. Pero a partir del momento en que el gobierno español entró en el Comité Organizador, cuenta Jordi Roda, entregaron toda la distribución de banderas a una compañía de Madrid. Jordi es el propietario de la empresa Texalia sita en el barrio de Marina de Barcelona. “En la época del Mundial de futbol se despachan más banderas pero no es ninguna locura”. Estas últimas semanas ha vendido de Argentina, Brasil, Co- lombia, básicamente sudamericanas, pero también alguna de Australia. Valen 20 euros y miden 1,5 por 1 metro. De septiembre a noviembre pasado ha notado mayor volumen de ventas por razones notorias. Esteladas, catalanas, españolas, banderas de la paz, europeas, escocesas, belgas y alguna de Dinamarca son las más vendidas. La empresa ha recibido hoy un curioso encargo: elaborar una bandera vegana. ¿Cómo? Me enseña el boceto: una uve blanca envuelta de azul. Del Barça y del Espanyol no puede distribuir banderas porque es exclusiva de los clubs pero las que ondean en el gallinero del Camp Nou y en el estadio de Cornellà (la de todos los equipos de Primera) sí son de su empresa. Las del Barça de 4 metros por 2,40 y las del Espanyol, de 2 metros. Curioso: el Barça cambia las 20 banderas cada año . El Espanyol sólo la de los nuevos equipos que suben a Primera División. Pero lo que más sorprende es que durante el Mundial de Rusia no haya más ventas. “Más movimiento sí que existe pero no es una competición de banderas”. Y tiene razón.